Algunas
consideraciones sobre el Prontuario de Gardel
partir de un artículo de Martina Iñiguez y Ricardo Ostuni publicado el 29 de octubre ppdo., el Prontuario Policial N° 25310 correspondiente a Carlos Gardel ha conmocionado a la opinión pública y el Cantor ha recibido los más variados adjetivos tan desfavorables como inmerecidos, por cuanto considero oportuno comentar algunos detalles históricos.
En dicho prontuario consta que el 14 de agosto de 1915 Gardel se presentó en la Policía de la Provincia de Buenos Aires a los efectos de gestionar su Cédula de Identidad; se declaró “natural de la R. Argentina, nacido en La Plata, Provincia de Buenos Aires, el 11 de diciembre de 1887…” y “adjunta fe de bautismo y libreta de enrolamiento”.
Aunque con dificultad puede leerse "fe de bautismo y Libreta de Enrolamiento"
Sin embargo, no poseía ninguno de estos documentos.
Veamos:
Su fe de bautismo
-suscripta por el Pbro. Bertrand y la testigo Marie Arnaud- fue expedida a
nombre de Charles Romuald Gardes nacido
en Toulouse (Francia) el 11 de diciembre de 1890, es decir con su verdadero
apellido, lugar y fecha de nacimiento, que por razones que exceden a este
artículo el Cantor se vio en la necesidad de modificar.
Por lo tanto, si hubiese
adjuntado la fe de bautismo no habría podido declararse nacido en La Plata. Y
si hubiese tenido en 1915 documentación fehaciente que lo acreditara como
argentino –la fe de bautismo era el primer paso-, no habría necesitado en 1920
recurrir al ardid de declararse uruguayo para luego solicitar la ciudadanía
argentina.
Por otra parte -y omitiendo detalles que en esta oportunidad resultan prescindibles-, en 1923 el Juez Dr. Manuel de Anchorena le otorgó la Libreta de Enrolamiento N° 1717. Esto sucedió ocho años después de confeccionado este Prontuario.
Durante décadas, su
documentación ha sido motivo de estudios y búsquedas en todas las fuentes
habidas y por haber. Tan así es que en 1970 Luis Ángel Formento comenzaba su
conocido artículo con “No pocas
controversias originó la nacionalidad de Gardel, aún estando él con vida,
debido a que utilizó documentación
fraguada”
Es tan complejo el tema que Juan Carlos Esteban en once años de investigación produjo seis
libros, de los cuales debió reeditar uno y traducir otro al francés. Valga esta
referencia a un solo autor para comprender hasta qué punto se han buscado,
analizado y estudiado los documentos personales de Carlos Gardel.
Hasta ahora jamás hubo indicio alguno que permitiera suponer que en 1915 Carlos Gardel poseyera Libreta
de Enrolamiento. Y a partir de este hallazgo, se trata de una mención sin demasiada credibilidad.
Sugestivamente en el
Prontuario no se indican detalles de los documentos que supuestamente “adjuntó”
el peticionante. Trámites y organismos
tan rigurosos suelen requerir una copia certificada que “se adjunta”, es decir se archiva y pasa a formar parte del expediente. Cuando esto no sucede se menciona “…que tengo ante mí. Doy fe”, "leído que fue" o fórmulas similares, pero aún en este caso habría correspondido asentar
al menos el número del Documento o fecha en que fue expedido.
Es, por tanto, imposible que Gardel haya presentado “fe de bautismo
y Libreta de Enrolamiento” en 1915, porque no las poseía.
En el párrafo siguiente, Iñiguez y Ostuni hacen referencia a la historia de la cédula de identidad en Argentina y
explican que “se impuso rápidamente pues
se le consideró también como testimonio
de buena conducta. No se otorgaba a personas con malos antecedentes”; razón por la cual el hecho de que Gardel la haya
retirado sin contratiempo ni objeción alguna al día siguiente de solicitarla,
es un claro indicativo de que estaba lejos de ser un delincuente.
En este contexto es alevosamente
sospechoso que tres días después de finalizado el trámite y cuando Gardel ya se
encontraba rumbo a Brasil se haya inscripto en el rubro “Observaciones” del
mismo folio –es decir a continuación
de la firma del Cantor, lo cual significa que él nunca tuvo conocimiento de
este párrafo- que “el causante es conocido como el ‘Pive Carlitos’ y está sindicado como
estafador por medio del cuento del tío”. De haber sido esto verdad se le podría haber
negado la cédula de identidad o al menos demorado su entrega. Pero
nada de esto sucedió.
El párrafo que afirma que "el causante" (el apellido no es legible) era conocido como "El Pive Carlitos". incorporado cuando el trámite ya había finalizado
No terminan aquí los
puntos a observar. Cuando circulaba por Internet la información de supuestos peritajes realizados en este prontuario, el propio Ricardo Ostuni aclaraba que "Los mencionados Torre y Fenoglio nada tuvieron que ver en esta investigación de la que tuvieron noticia cuando se la hicimos conocer después de su publicación" dejando totalmente en claro que este prontuario no ha sido
sometido a peritaje alguno por los expertos en la materia y autores del libro
“Carlos Gardel. Investigación Criminalística” (Ed. Dos y una. Bs. As., 2005).
Captura de pantalla de la aclaración del autor de la investigación |
En síntesis, lo que se ha dado a conocer de este prontuario lejos de dar respuestas plantea dudas e interrogantes. Es necesario, por tanto, un análisis prudente y responsable, alejado de todo sensacionalismo que pretenda transformar a Gardel en un "Carlitos Presidiario" o en un "Pibe Chorro".
Por el contrario, es el Morocho del Abasto, Patrimonio de la Humanidad.
Ana Turón
Azul, noviembre 14 de 2012
Azul, noviembre 14 de 2012