Marginal, nacido en los
suburbios y rechazado por las clases encumbradas, recibió aportes de
colectividades extranjeras y, en los arrabales, el de los payadores que
improvisaban sus poesías sobre los precarios acordes de la guitarra. No todos
estos juglares eran oriundos de las pampas bonaerenses, pero éste fue el
escenario en el que se produjo la
transculturación y nuestro fue el mensaje que llevaron aquellos cronistas.
Tuvo aquí un rol preponderante Pepe Podestá -cuando con su circo
criollo iniciaba el camino del teatro nacional[1]-;
rol de difusor, de unificador entre el campo y la ciudad.
En este marco comenzó a asomar el “tango criollo” –denominación
utilizada para diferenciarlo del tanguillo andaluz[2]-
y, por extensión, las orquestas también recibieron el nombre de “típica criolla”
luego de que Vicente Greco bautizara así la suya, en 1911.
Lógicamente, hubo payadores que se resistieron al tango y otros
que lo aceptaron, hasta que tres circunstancias terminaron casi abruptamente
con esa transición: la muerte de José Betinoti (1915), la de Gabino Ezeiza
(1916) y el nacimiento de “Mi Noche
triste”, el primer tango-canción (1917)[3].
Durante ese período, Ángel Villoldo había reafirmado el origen
criollo de sus tangos: Se refirió al maíz en "El Choclo"[4]
(cuya música había sido estrenada por Roncallo como danza criolla); presentó a "La
morocha"[5]
ofreciendo un cimarrón al paisano y
puso en boca de sus personajes de tango frases como Soy el criollo más compadre[6],
el criollo más compadrito que en esta
tierra nació[7],
el criollo más compadrito que ha pisao la
población[8], Pa'l
tango criollo con corte[9]
, etc.
Las partituras de estos tangos (también denominados camperos o gauchos) estaban ilustradas con escenas de la vida rural, en
concordancia con títulos como “Martin Fierro”[10],
“El gauchito”[11],
“El Flete”[12],
“El Cencerro”[13],
“El resero”[14],
“El baqueano”[15],
“El Carrerito”[16],
“El fogón”[17],
“El estribo”[18],
“El alero”[19],
“Tapera”[20],
“La Payanca”[21],
“Pampero”[22],
“Justicia Criolla”[23],
“Dolor gaucho”[24],
“Sentimiento gaucho”[25],
“Duelo Criollo”[26],
“Nido Gaucho”[27],
“Adiós, pampa mía”[28]
y tantos más, documentos que testimonian el aporte que el tango recibió del
interior bonaerense.
Un hecho importante para señalar es que ante cada aluvión
inmigratorio en la Capital se generaban actividades gauchescas que
contrarrestaran la influencia de esas culturas[29].
Así, mientras en algunos teatros se representaban obras en italiano –satisfaciendo
la demanda de un público que ascendía casi a la mitad de la población-, en
otros se representaban obras como “Juan Moreira” (Muiño-Alippi, 1915)[30],
y otras que incluían piezas de nuestro cancionero nativo. También el cine, por
entonces mudo, estrenaba “Santos Vega” (1917)[31],
“El último malón” (1918)[32]
y otras de corte netamente autóctono.
Así, los primeros cantores de tango provinieron del folklore y,
por lo tanto, conocían sus vestimentas y lenguaje. Carlos Gardel, emblema de la
canción de Buenos Aires, había formado parte de centros tradicionalistas e interpretó
un riquísimo y variado repertorio criollo hasta el final de su carrera. Tan
arraigada estaba la identidad bonaerense en aquel artista nacido en Francia,
que en sus películas filmadas en París y en Estados Unidos para el sello
Paramount no omitió la ambientación ni la interpretación de temas camperos,
cuyas melodías le pertenecían. Tal era el hermanamiento de ambas expresiones
que en Europa se promocionaba el “tango de las pampas argentinas” y las
orquestas típicas (“criollas”) debían presentarse en los escenarios con
atuendos gauchescos.
Por esa época, cuando el tango y el folklore permanecían
íntimamente vinculados, sus intérpretes eran llamados “cantores nacionales” sin discriminación alguna entre la cultura
urbana y la rural.
Aun así, había un desequilibrio en lo que cada uno sabía del
otro: Los porteños desconocían las costumbres cotidianas y lo profundo de la
idiosincrasia del hombre del interior ya que sólo los habían visto en los
escenarios, con las modificaciones lógicas que un espectáculo requiere.
El hombre bonaerense, en cambio, estaba frente a una expresión circunscripta
a la Capital y, siendo también él un hijo de inmigrantes, se identificaba con
lo expresado en el tango; aunque aquí no se utilizó profusamente el lunfardo ni
existieron conventillos con las características de los de Buenos Aires, era la
misma esencia.
Esa empatía se vio claramente en los intérpretes folklóricos: Alberto
Merlo y Roberto Ayrala comenzaron sus carreras como cantores de tango; Atahualpa
Yupanqui manifestó abiertamente su admiración por Gardel y, en homenaje a éste,
José Larralde llamó a su hijo Carlos Romualdo; además grabó “Afiches”[33]
y no oculta su atracción por la canción ciudadana. También Horacio Guarany[34],
Los cantores de Quilla Huasi[35],
Mercedes Sosa[36],
Teresa Parodi, Hugo Díaz y Los Visconti llevaron al disco sus interpretaciones
de diversos tangos.
El paisaje bonaerense, determinante para el ritmo de vida, el
lenguaje y la expresión toda de un grupo social, incidió en músicos, autores,
intérpretes y bailarines del 2 x 4. Astor Piazzolla[37],
Carlos Di Sarli[38],
Agustín Bardi[39],
Roberto Firpo[40],
Nelly Omar[41]
son algunas de las figuras fundamentales que nunca dejaron de mirar sus raíces
bonaerenses. Prueba de ello son “Bahía Blanca”[42],
“Bahía Blanca Antigua”[43]
y otros sin tanta trascendencia ni difusión que muestran la importancia que esta
expresión artística tuvo en nuestra identidad.
Hacia los años ’40 el tango pierde la voz de Gardel y, mientras
surgían las grandes orquestas que propiciaban el baile, la Junta Militar que
derrocó al Presidente Castillo prohibió el uso del lunfardo, debiendo
modificarse muchas de sus letras, circunstancia que dejó en un segundo plano
los autores-filósofos. El mensaje corporal poco a poco fue ganándole terreno al
ideológico.
A manera ilustrativa de la distorsión que sufrieron aquellas
poesías, señalemos que “Percanta que me amuraste” se convirtió en “Muchacha que
me dejaste”; “El Ciruja”, en “El hurgador de basurales” y “El Bulín de la calle
Ayacucho” en “Mi cuartito”. Esas medidas rigieron hasta 1947 y no habían sido
impuestas por decreto alguno, sino que sólo se trató de una orden verbal, por
cuanto no se pueden precisar detalles exactos de su contenido y alcances.
Poco a poco, el tango y el folklore fueron tomando distancia
pero en el interior de la provincia nunca dejaron de compartir el público. Es
decir que no se trató de un divorcio de ambas expresiones, sino que la escisión
se produjo desde la ciudad de Buenos Aires.
Para ejemplificar –aunque de manera superficial y grosera-, señalemos
que Hugo del Carril vistió atuendos y cantó temas gauchescos, pero ya Julio
Sosa sólo representa a la ciudad.
Azul también aportó lo suyo. Las
creaciones más antiguas que se conocen fueron escritas en oportunidad de los crímenes
de Mateo Banks, en 1922: “Maté8”, referido a las ocho víctimas
y “Doctor Carús”, en homenaje al abogado que rehusó defender a Banks. Del primero se conserva una partitura, hecho que permitió que Héctor “Cacho” Illescas lo interpretara en un pasaje de la película realizada sobre el tema durante los años ’80. Del segundo sólo se conserva el verso y la portada de la partitura, pero por tratarse de una edición comercial realizada en Buenos Aires es posible que existan otros ejemplares.
Dedicado a nuestro amigo el talentoso letrado AGUSTÍN J. CARÚS
II
VII
Hubo otras composiciones cuya musicalización se desconoce pero incluyo por su valor histórico:
Todo el mundo ha conocido
Las páginas precedentes fueron rescatadas del olvido por el Contador Hugo Hohl, a quien debemos las primeras investigaciones, volcadas en el libro “Crimen y Status Social”.
Don Mateo, Don Mateo,
El coloso criminal
Por su excelente puntería
Por su excelente puntería
Se hizo un hombre popular,
Asesinando a su familia
Y a dos extraños más.
Y después de haber cometido
Ese hecho tan brutal
Quiso lavarse las manos
Para salvarse del mal.
Pero había investigado
De que era Don Mateo
El verdadero criminal.
Con su nombre quedará
Una página en la historia.
Que todos la llevarán
Penetrada en la memoria,
Y al recordarle dirán
Con desprecio y antipatía
Lo repugnante que fue
Con su gran hipocresía.
Don Mateo, Don Mateo,
Banks, el clerical,
Fue muy fino al falsear
Porque supo conquistar
Que le llevaran al puesto
De Consejero Escolar.
Don Mateo, Don Mateo,
Que Dios te salve no lo creo.
Que Dios te salve no lo creo.
y “Doctor Carús”, en homenaje al abogado que rehusó defender a Banks. Del primero se conserva una partitura, hecho que permitió que Héctor “Cacho” Illescas lo interpretara en un pasaje de la película realizada sobre el tema durante los años ’80. Del segundo sólo se conserva el verso y la portada de la partitura, pero por tratarse de una edición comercial realizada en Buenos Aires es posible que existan otros ejemplares.
Dedicado a nuestro amigo el talentoso letrado AGUSTÍN J. CARÚS
Música y letra del Sr. M.E. Montes de Oca
Arreglado para piano por el profesor Sr. Domingo Cristino
Editada por Luis Filardi (Buenos Aires), de la partitura sólo se conserva la portada y la letra, cuyo encabezamiento dice:
“La letra de este Tango es adaptable a cualquier estilo, pudiéndose cantar con la música del mismo o sin ella. La primera parte se recita”
I
“La letra de este Tango es adaptable a cualquier estilo, pudiéndose cantar con la música del mismo o sin ella. La primera parte se recita”
I
Qué ojo el del Doctor Carús
En el asunto de Banks
Que más listo que una luz
Escudriñó al criminal.
II
En balde vino a contar
Que Claudio Loiza y Gaitán
Asesinaron los Banks
Por venganza y por robar.
III
El Doctor en el terreno
De lo dicho y la verdad
Lo estuvo oyendo sereno
Decir tal barbaridad.
IV
Y con toda claridad
Sin contraerle compromiso
Le dijo “amigo, es preciso
Dar cuenta a la autoridad.
V
Y ya veremos allá
Sin que esto le cause ofensa
Si tomaré su defensa
Si es que Ud. habla con lealtad”.
VI
Lo demás se sabe ya
Puesto que éste ha confesado
Que en un momento, ofuscado
Él hizo esa mortandad.
VII
Hurras… al gran abogado
Agustín J. Carús
Que con toda rectitud
Su nombre ileso ha dejado.
VIII
VIII
Alma joven, noble y pura
Pero que tiene en su pecho
Clara noción del derecho
Y no entró en esa desventura.
IX
Tiene su gloria, no hay duda,
Del sacro deber cumplido
Por haberse conducido
Con honor, hombría y altura.
X
Hurra… al letrado azuleño
J. Agustín Carús
Que hace honor a los porteños
Del uno al otro confín.
XI
Que nunca lo mareó el brillo
De su gran reputación,
Que es claro noble y sencillo
Para verter su opinión.
XII
Doctor, perdone mi afán
En herir su modestia
Pero es hoy plato del día
Ese gran crimen de Banks.
Hubo otras composiciones cuya musicalización se desconoce pero incluyo por su valor histórico:
UN ANATEMA: A MATEO BANKS
(Guillermo Moschini)
Asesino de frac, victimario.
Impostor repugnante y maldito.
Concurrente infalible al santuario
Proclamando la casa de Cristo.
Asqueroso reptil respetado
En el mundo social azuleño,
Siendo indigno de haber figurado
En la banda de los mazorqueros.
Con cinismo de Judas fraguaste,
Infeliz, una historia increíble
Y manchar el honor intentaste
De una pobre y honrada familia.
Tu existencia es de Dios maldecida.
Ni compinche serás del demonio,
Que celoso aborrece tu vida
Por querer sucederle en el trono.
Bestia humana, no tienes siquiera
En tu fondo podrido, conciencia.
No temblaba tu mano certera
Manejando infernal la escopeta.
Como fiera que está embravecida
En el lecho de enfermo ultimaste
¡Es tu hermano Miguel, fratricida!
¡Es el hijo también de tu madre!
Sin piedad en tus manos murieron
Tus sobrinas Sarita y Cecilia
Que delito jamás cometieron,
Inocentes y cándidas niñas.
Sumergida hasta el alma tenías
En el fango asqueroso vicio.
Trabajar, Satanás, no sabías
Tu bolsillo se hallaba en peligro.
A tu instinto brutal de felino
Le diste de inmediato un remedio
Y mataste a mansalva, asesino,
Con el fin de heredar de los muertos.
El presidio te aguarda, Mateo,
Para hacerte tu eterno pupilo.
Por tu crimen serás de los reos
Respetado y temido caudillo.
FUSILAMIENTO DE MATEO BANKS
(Faustino Herrera)
Todo el mundo ha conocido
En sus detalles más cruentos
El crimen vil y sangriento
Que en Azul se ha cometido.
El asesino ha querido
Batir el récord mundial
Porque otro crimen igual
No se registra en la historia
Ni se conserva memoria
De un hecho más criminal.
El móvil del hecho ha sido
El robo, la ruin codicia,
La ambición y la avaricia
Desde un afán desmedido.
El bárbaro ha concebido
Un cruento plan fríamente
Y no tuvo el delincuente
Remordimiento en pensarlo
Y así pudo consumarlo
Con feroz ensañamiento.
Es un tipo el criminal
De irlandés bien preparado
Hombre muy culto y que ha actuado
En la alta escala social.
Era en su trato habitual
Amable y parsimonioso
De espíritu religioso
Que rayaba en fanatismo,
Y se mostraba con altruismo
En el hogar cariñoso.
Por su porte distinguido,
Por su apostura y linaje,
Fue Mateo un personaje
En alta estima tenido.
En el Azul había sido
Cónsul de la Gran Bretaña
Y desempeñó con maña
Muchos puestos de importancia
Granjeándose la confianza
Del pueblo que hoy ve su saña.
Su fortuna deprimida
Por los contrastes del juego
Ideó el crimen desde luego
A su más cruenta medida.
Y obedeciendo enseguida
A sus instintos insanos
Va a ensangrentarse las manos
De sus acciones conscientes
Matando alevosamente
A sus sobrinos y hermanos.
Primero quiso invertir
La estricnina que ha mezclado
En el guiso o estofado
Que debían ingerir.
Mientras él, para eludir
El almuerzo de aquel día,
Con siniestra hipocresía
Fingióse enfermo, el malvado,
Y así esperó el resultado
De su feroz felonía.
Pero la dosis vertida
Del veneno, fue en tal grado,
Que nadie pudo bocado
Probar de aquella comida.
Y así falla el fratricida
Su primer plan inaudito,
Mas no por eso el maldito
Cesa en su idea funesta
Y va a lanzarse a la cuesta
Del más horrendo delito.
Para la sangrienta escena
Arma su brazo traidor
Y los frenos del furor
Abre su instinto de hiena.
Y el primer tiro que suena
A Dionisio le arrebata
La vida, la bala ingrata
De quien nunca lo pensara,
Y muere sin ver la cara
Del cobarde que lo mata.
Casi oculto el criminal
En la sombra encubridora
Mata con mano traidora
A su hermano noble y leal.
Y sediento cual chacal
De sangre, se precipita
Sobre la infeliz Sarita
La niña inocente y pura
Quien quería con locura
A aquella fiera maldita.
De un golpe feroz y cruel
La derriba a la inocente
Y en el acto, el delincuente
La arroja dentro del jagüel.
Y en el mismo instante aquel
Llega a la estancia un peón,
A quien le abre el corazón
A quemarropa de un tiro,
Otra víctima en el giro
De la terrible agresión.
Cecilia, otra adolescente
Sobrina del matador,
Procura bajo el terror
De salvar dos inocentes.
Ante las iras fulgentes
De aquel jaguar en acción,
Busca ella su salvación
Mas la derriba un balazo
Que desgarrándole el brazo
Le destroza el corazón.
Y el asesino convicto
Piensa y medita con calma
Que puede faltar otra alma
Que le acuse su delito.
Y en ese instante un grito
Se siente desgarrador,
Es Sarita, que el traidor
Quiso ahogarla y en sí ha vuelto,
Corre hacia ella resuelto
A ultimarla, el malhechor.
La inocente infortunada
Que al reaccionar hallóse
Sola, herida y ahogándose,
Solloza desesperada.
Cuando su tierna mirada
Que buscaba salvación
Ve a tu tío que el cañón
De la escopeta, le aboca
Angustiada, la sofoca
La más terrible afición.
Y ocultando horrorizada
Entre las manos, el rostro,
Presenta la espalda al monstruo
Por el terror agobiada.
El bárbaro, que abocada
Tiene de su arma, el cañón,
De dos tiros el pulmón
Le hace salir por el pecho
Arrancándole deshecho
Su inocente corazón.
Un silencio sepulcral
Reinó después de esta muerte
No quedaba en “Buena Suerte”
Más alma que el criminal.
Pero otro número igual
De víctimas aún le faltaban
Y a quienes les acechaba
El arma de aquel traidor
Que así, sin pena o dolor
A su familia ultimaba.
Partió al punto el asesino
Para “El Trébol”, la otra estancia,
Cuadrando la circunstancia
Que halló a Loiza en su camino
Lo engaña el cobarde indino
Y de un tiro le da muerte
Y prosigue, porque advierte
Que allá en la estancia andan
Tres víctimas que no tardan
En correr la misma suerte.
Llega a “El Trébol” y a su instancia
Sube al sulky su cuñada,
Quien iba a ver, engañada,
A un enfermo a la otra estancia.
Cuando él juzgó la distancia
A su gusto y parecer
Y al ir ella a descender
El, que la aguarda al acecho,
De un tiro le abre el pecho
A aquella infeliz mujer.
Y el asesino sin hiel
Volvió al punto de partida
Donde aún quedaba con vida
Ana María y Miguel.
E impávido, frío y cruel
A matarlos va derecho;
Cae la joven y deshecho
El vientre, corre su hermano,
Perseguido del villano
Que va a ultimarlo a su lecho.
Así, ocho vidas en flor
Arrancó aquel asesino
Cada vida era un himno
De esperanzas y de amor.
Jamás ningún malhechor
Forajido ni demente
Mató más fría y cruelmente
A tanto ser que le amara,
Un chacal no se encharcara
De tanta sangre inocente.
Hoy la voz de la Nación
Pide con justo derecho
Sea aplicado en este hecho
La férrea ley del Talión.
Por eso, una comisión
De caballeros ha actuado
Ante el gobierno, que ha dado
Su palabra, según se habla,
Para que sea, sobre tablas
El criminal fusilado.
El criminal fusilado.
EL CRIMINAL MÁS MONSTRUOSO
UN PUEBLO HORRORIZADO
MATEO BANKS
(Juan B. Ponzas)
Todo un pueblo horrorizado
Hoy comenta con espanto
Lo que apenas en mi canto
Podré dejar relatado.
Es un crimen perpetrado
Que no recuerdo otro igual,
Se trata de un criminal
Que horror daría a una fiera
Pues que ni un tigre pudiera
Ser tan feroz y bestial.
Del Azul, en el Partido,
El 18 de abril,
A un monstruo feroz y vil
Lo ve el mundo estremecido.
Nunca debiera el olvido
Con su manto de consuelo
Un crimen, que si hay en el cielo
Una Justicia suprema,
De esta justicia blasfema
Quien de ella tenga recelo.
Fue en los establecimientos
“El Trébol” y “La Buena Suerte”
Por los que pasó la muerte
Como fatídico viento.
Oprimido el pensamiento
Se expande penosamente
Y es triste tanto inocente
Sucumbir de tal manera
A las manos de una fiera
Que amaban tan tiernamente.
El Azul pide justicia
Y lo pide la Nación,
Cuyo glorioso blasón
A la libertad auspicia.
Por una infame codicia
Se perpetró crimen tal,
Que hasta del cetro infernal
En que los demonios gimen
No discurriera tal crimen
Satanás, el rey del mal.
Mateo Banks, irlandés
Ubicado en esta tierra
Que tan heroica en la guerra
Tan hospitalaria es.
Su progenitor después
De una vida laboriosa
Dejó una herencia cuantiosa
A los hijos de su amor
Y uno de ellos fue el autor
De la tragedia horrorosa.
Mateo Banks, muy beato,
De la religión católica,
Mostraba una fe hiperbólica
Sin motivo, a cada rato.
Tenía un amable trato
Y simpática apariencia
Pero en lugar de conciencia
Tiene el cáncer en sí mismo,
Porque su alma es un abismo
Al que aún no bajó la ciencia.
A referir brevemente
Voy este acontecimiento
Aunque sin fuerzas me siento
Y perturbada la mente.
Además que esta gente
Está enterada de todo
Él ha confesado el modo
Con cinismo sin igual
Dicen: mostró ser un criminal
De alma, de sangre y lodo.
Ocho víctimas cayeron
Por esa mano asesina
Y a la justicia divina
Sin vida en vano acudiera.
Pero la justicia humana
Su espada fulminó luego
Ni el interés ni el ruego
Ni el temor ni la codicia
Turbar puede a la justicia
Sobre su trono de fuego.
Ocho víctimas, seis eran
Entre hermanos y sobrinos;
Y el rey de los asesinos
Hizo que todos murieran.
No quería que vivieran
Para heredarlos a todos,
Y así, que en diversos modos
Trazó su idea asesina
Primero con estricnina
Con balas, por fin, a todos.
Con infame alevosía
Por la espalda, asesina,
Y el monstruo ni aún repara
Si a las mujeres hería.
Ni aún miró la agonía
De un hermano a quien hiriera
Y viendo que aún no muriera
De un balazo lo ultimó.
Esto no es un seño, no.
Y ojalá que sueño fuera.
Merecen honor y gloria
Los funcionarios legales
De justicia y policiales
Por tan horrorosa historia.
De la humanidad de escoria
Han sabido investigar
Y el mundo ha de premiar
Su misión, noble y penosa,
Con una página honrosa
En el libro de la historia.
Illescas, el Juez del crimen,
Comisario De la Cuesta,
Hicieron a luz en esta
Tragedia que tantos gimen.
De aplausos no se eximen
Otros dignos funcionarios,
Investigadores varios
Cuyos nombres tan diversos
No caben en estos versos
Porque no son necesarios.
Del Azul el pueblo exige
Pronta y ejemplar justicia
Ya que el proceso se inicia
Y todo un pueblo se aflige.
Dios, que al universo rige,
Es Dios por ser justiciero,
De no ser así, es primero
Preferible no haber leyes,
Ser los criminales reyes
Y la sociedad un desierto. Las páginas precedentes fueron rescatadas del olvido por el Contador Hugo Hohl, a quien debemos las primeras investigaciones, volcadas en el libro “Crimen y Status Social”.
Más tarde Bene-Bethel[44]
nos deleitará con su “Boliche” (instrumental) y Ángela Gómez escribirá su
Entre las escasas creaciones de antaño se encuentra “Te Fuiste”, con música de Vicente Santarcángelo, Si bien el autor de la letra, Salvador Bosco, era de Lanús, se incluye en este trabajo por estar inspirada en una historia sucedida en Azul, ciudad a la que lo unían vínculos de amistad.
Te fuiste
Yo siento sollozar mi corazón.
Por su parte, su hijo Ismael[45] creó
y acompañó a sus hijos José y Josefina en la elaboración de las piezas musicales más recientes del género nacidas en Azul: el nostálgico
Nací en el barrio que rodea la estación
el adiós a la amiga
Era tan rubia como dulce y buena
y el homenaje a Alberto Perissé en
Y que solamente morirá con él.
son sólo tres ejemplos[46].
TANGO AZUL
Desandando el otoño de la ausencia,
Mis pasos han querido retornar
A escuchar la canción de tus veredas
Donde una tarde el amor me fue a encontrar
Y supe, Ciudad mía, que fue corto
Mi tiempo de regreso hasta el hogar.
La calle donde entones me esperaba
Un mundo de promesas y de luz
Que transité casi sin darme cuenta
Que te ibas adentrando en mi existir
Como el perfume de las cosas bellas
Perdura para siempre y hasta el fin.
Pensar que eras fortín y que eras lanza,
Allá por aquel tiempo del malón…
Coraje de mujeres argentinas,
Heroísmo del soldado que luchó
Por plasmarte, exponente de progreso,
De trabajo y cultura que es tu hoy.
Una flor fue el origen de tu nombre,
Que cantando tu arroyo reflejó:
Azul celeste como el cielo claro,
Espejado en las aguas del Callvú,
Como quiere reflejarte tiernamente
En sus notas de amor mi “Tango Azul”.
Por eso es que volví y al caminarte
Las horas del ayer rememoré,
Reencontrando en la alegría de tus niños
Otra risa que brillara en mi niñez
Y otro cielo amanecido de esperanzas
Que lo mismo que a tu nombre yo abracé.
Pensar que eras fortín y que eras lanza… etc
Entre las escasas creaciones de antaño se encuentra “Te Fuiste”, con música de Vicente Santarcángelo, Si bien el autor de la letra, Salvador Bosco, era de Lanús, se incluye en este trabajo por estar inspirada en una historia sucedida en Azul, ciudad a la que lo unían vínculos de amistad.
TE FUISTE
Te fuiste
Y a mi alma la dejaste
Nostálgica y triste
Como un día sin sol.
Te fuiste y con vos se fue la calma
Que me brindaste
Siempre con tu amor.
Qué tristes son mis noches
Siempre te recuerdo
Me quitas el sueño y te burlas de mí
El eco sonoro de tu boca implora
Diciendo doliente “por qué no venís?”
Pero esas noches cuando tu imagen
Viene a conciliarme el sueño
Es triste el despertar
Mi amarga realidad
Yo siento sollozar mi corazón.
Aún guardo el pañuelo
Que cuando te fuiste
Manchaste de sangre
Besándolo vos.
También en mis noches
Me traen las sombras
El recuerdo ingrato
De tu ronca tos.
Y aún ven mis ojos
Los tuyos tan negros
Son ellos que nunca me dicen adiós
Aún siento tu boca
Besando mi boca
Fue el último beso que tu boca dio.
Pero esas noches
Cuando tu imagen
Viene a conciliarme el sueño
Es triste el despertar
Mi amarga realidad
Por su parte, su hijo Ismael[45] creó
EL TANGO QUE CANTABAS
(Letra y Música: Ismael Santarcángelo)
El tango que cantabas, madre mía,
A nadie nunca más se lo escuché;
Acaso fuera así la melodía
O acaso la imagino, yo no sé.
Pero a pesar del tiempo y del olvido
Me vuelve dulce, una y otra vez
Azul, el tango aquel irrepetido,
El eco de tu voz y mi niñez.
Canción de andar los días que me diste
Angustia que supimos olvidar,
Te vi, yo sé los sufrimientos que sufriste
Me diste, al fin, tu manera de soñar.
Como recuerdo aún la melodía!
Daniel también la suele recordar.
El tango que cantabas, madre mía,
Yo sé que nadie más lo cantará.
No sé si fue el dolor o la poesía,
El patio, el cielo abierto o el malvón
Pero el amor madura la herejía
Y mi nostalgia escucha tu canción.
Canción de sueño pobre, barrio triste,
Arrullo de boliche y bandoneón;
La esquina de Galizio ya no existe
Ni existe ya mi sueño de cantor.
Canción de andar los días que me diste
Angustia que supimos olvidar,
Te vi, yo sé los sufrimientos que sufriste
Me diste, al fin, tu manera de soñar.
Como recuerdo aún la melodía!
Daniel también la suele recordar.
El tango que cantabas, madre mía,
Yo sé que nadie más lo cantará. y acompañó a sus hijos José y Josefina en la elaboración de las piezas musicales más recientes del género nacidas en Azul: el nostálgico
QUE REGRESE EL VIEJO TREN
(José y Josefina Santarcángelo)
Nací en el barrio que rodea la estación
Tal vez por eso tengo abierto el corazón
Tal vez por eso soy un tango en el andén
Que está esperando que regrese el viejo tren.
Nací en un barrio bien al sur de la ciudad
Donde el asfalto le hace un guiño al pastizal
Donde la pampa es eso que queda ahí nomás
Y el cielo copia el color de la ciudad.
Nací en el barrio en el que yo quise nacer
Cerca muy cerca de la plaza de Gardel
Porque hay un tango adormecido en el andén
Como esperando que regrese el viejo tren.
Nací en un barrio con aromas de malvón
Y con naranjas de verano en el cordón
Donde el recuerdo es un amigo más que fiel
Y hay siempre tangos en la plaza de Gardel
Con jubilados que despuntan la emoción
De un truco hablado en la penumbra del vagón
Con esos pibes del jardín que es mi jardín
Que me recuerdan lo que soy y lo que fui.
Nací en el barrio en el que yo quise nacer
Cerca muy cerca de la plaza de Gardel
Porque hay un tango adormecido en el andén
Como esperando que regrese el viejo tren.el adiós a la amiga
TESSA
(José y Josefina Santarcángelo)
Era tan rubia como dulce y buena
Muchacha africana que un día llegó
Trayendo en los ojos la luz de otros cielos
Y aquella sonrisa que me conmovió.
Ya eras mi amiga mucho antes de verme
Ya eras mi amiga y de ahora en más
Atada a mi vida se queda tu vida
Aunque sé que al irte ya no volverás.
Por eso es que quise regalarte un tango
Que se llame Tessa como te llamás
Que tenga sabores de un mate argentino
Y señas de un truco que son bien de acá.
Tal vez es muy poco lo que puedo darte
Tal vez es muy poco lo que te llevás
Pero para siempre quedás en mis cosas
Y te juro, amiga, que nunca te irás.
Hablamos tu idioma y amamos tu tierra
Continente inmenso, misterio y color
De tu suelo vino la raíz del tango
Como éste que canto, quebrada la voz.
Qué cosas extrañas que tiene la vida,
Por más que te vayas, aquí te quedás,
Mirando una estrella te recordaremos
Porque sé que al irte ya no volverás.
Por eso es que quise regalarte un tango
Que se llame Tessa como te llamás
Que tenga sabores de un mate argentino
Y señas de un truco que son bien de acá.
Tal vez es muy poco lo que puedo darte
Tal vez es muy poco lo que te llevás
Pero para siempre quedás en mis cosas
Y te juro, amiga, que nunca te irás.y el homenaje a Alberto Perissé en
SEÑOR DE LOS TANGOS
(José y Josefina Santarcángelo)
Y yo no sabía que Alberto existía
Yo no conocía su historia y su voz.
Apenas un vago recuerdo tenía
De haber escuchado nombrar al cantor.
Yo no conocía al hombre que era
Y un día cantando a su lado me vi
Desde entones pienso que juego en primera
Y que Alberto canta sus tangos por mí.
Señor de los tangos yo estoy convencida
Que nadie ha cantado como canta él
Que tiene sangrando por la vieja herida
El alma y el genio de Carlos Gardel.
Señor de la vida, bohemio incurable
Que es lo que quiso y ha querido ser
Memoria de un tiempo que es inolvidable
Y que solamente morirá con él.
Y yo no sabía que Alberto tenía
Un pibe habitando en su corazón
Capaz de sentir la profunda alegría
En el simple vuelo de un libre gorrión.
Yo no conocía su historia y su rango
Hasta que una noche cantando con él
Comprendí que Alberto era como el tango
El alma y el genio de Carlos Gardel
Señor de los tangos, yo estoy convencida
Que nadie ha cantado como canta él
Que tiene sangrando por la vieja herida
El alma y el genio de Carlos Gardel.
Señor de la vida, bohemio incurable
Que es lo que quiso y ha querido ser
Memoria de un tiempo que es inolvidable
son sólo tres ejemplos[46].
Seguramente hubo otras producciones locales, hoy en el olvido,
fruto de la inspiración y trabajo de Miguel “Pocholo” Mandagarán, Roberto Pablo
Barnabé, Héctor Cini, Juan Horacio Palmisano, Antonio Scarpello y otros, que
con la “Típica Azul”[47]
el “Quinteto Típico Argentino”[48],
“Los Ases del Compás”[49],
“Los del Tango”[50],
la orquesta “Los Pibes”[51],
etc., dejaron su arte en los recordados discos “Cárdenas”.
Aunque con características muy particulares,
cabe aquí la mención a las creaciones de alumnos de colegios secundarios que en
1996 participaron del concurso “Gardel: Realidad Literatura”[52],
organizado por la Secretaría de Cultura de la Provincia de Bs. As. Si bien se
trató de composiciones grupales y con apoyo docente, constituyen una muestra de
la importancia que adquieren ciertas iniciativas gubernamentales. De aquel
concurso sólo conservo en mi archivo tres poesías, pero no los nombres de sus autores ni la escuela a la que pertenecían, debido a la reserva de identidad exigida por el concurso:
LAMENTO DE FIN DE SIGLO
Aunque no era requisito, el entusiasmo de los jóvenes derivó en que algunas de esas letras fueran musicalizadas por el Prof. Juan Carlos Maddío, declarado “Persona Patrimonio Vivo del Partido de Azul” y su obra compositiva –que incluye estos tangos-, “Patrimonio Cultural Musical del Partido de Azul”, en 2014.
OJALÁ PUEDA EN UN VERSO
(“Los zorzales”)
Unos pibes hoy me evocan,
¿sabrán que anduve en sus pagos?
Canté para no estar solo;
Amé con amor prestado.
Me apenaban las muchachas
Ojos claros, alma triste.
Te recuerdo, francesita,
Cuánta ternura nos diste.
Callecitas de mi barrio,
Callecitas del los pueblos,
Callecitas del los pueblos,
Engalanadas de azahares
Y en cada mirada, un cielo.
¿Dónde están las madreselvas,
La luna de mi niñez?
El farol, aquella esquina,
Los amigos del café…?
Y así, final de siglo,
Mundo viejo que cae,
Querido mundo herido
Soledad y dolor,
Ojalá pueda en un verso
Desgarrado y sentido
Devolverle la magia
A tu infiel corazón.
Muchachos que me evocan,
El día de mi vuelo,
Creí ya no volver,
Pero mientras un alma
Se estremezca en mi canto,
Sé que vivirá siempre la llama de mi voz.
LAMENTO DE FIN DE SIGLO
¿Qué te pasa viejo? ¿Otra vez lo mismo?,
Hoy es día quince, no te alcanza el peso,
Las manos vacías, rota la esperanza,
De un mínimo aumento para que nos des.
Un pequeño gusto, salir al boliche,
Estrenarme pilchas, transar con las pibas,
Ya sean del Nacio o bien del Normal.
Para todo es no. No alcanza,
No cobro, no hay guita, no.
Si ponés la tele, mejor… apagala…
Fuego, asesinatos, robo y violación.
Los desocupados hoy copan la calle,
Los niños pidiendo brotan, vos los ves.
Hoy miércoles marchan con los jubilados
Las madres y abuelas por los que no están.
Tal vez todos juntos podamos cambiar
Un mínimo de esto, de este apocalipsis.
Luchemos muchachos, preparémonos
Luchemos, muchachos, ¡el futuro es hoy!
EVOCACIÓN
No es de Buenos Aires,
Montmartre ni París;
No es de Nueva York,
No es de Medellín.
Este ritmo loco
-pasión y carmín-
Se adueñó del mundo
EL TANGO ES ASÍ.
-¡Baile de burdeles!-
Critican las damas
-¡Es baile de machos!-
(no lo digo yo)
Lo dicen las calles,
También las paredes
Del suburbio pobre
Que cuna le dio.
Eso ya no importa, dejalos que hablen
En cualquier esquina o bajo un cartel.
Hoy es ESTE tango que recorre el mundo,
Que se va metiendo dentro de la piel.
Y desde una estrella, al son de guitarras,
Nos canta y sonríe CARLITOS GARDEL.
Ayer las “percantas”
Al tipo “amuraron”:
Lo dejaron solo,
Ahogado en alcohol.
Hoy son las “minitas”
Que al chabón “colgaron”
Y él se desahoga
Con un tango-rock.
Típica y vanguardia.
Pichuco y Piazzolla.
Variación de un ritmo
Siempre visceral,
Que lleva en la sangre
Todas las miserias,
Todos los encantos
Del viejo arrabal.
Eso ya no importa, dejalos que hablen
En cualquier esquina o bajo un cartel.
Hoy es ESTE tango que recorre el mundo,
Que se va metiendo dentro de la piel.
Y desde una estrella, al son de guitarras,
Nos canta y sonríe CARLITOS GARDEL.
Aunque no era requisito, el entusiasmo de los jóvenes derivó en que algunas de esas letras fueran musicalizadas por el Prof. Juan Carlos Maddío, declarado “Persona Patrimonio Vivo del Partido de Azul” y su obra compositiva –que incluye estos tangos-, “Patrimonio Cultural Musical del Partido de Azul”, en 2014.
Hay, además, poesías de espíritu tanguero que, aunque carecen de
música, es importante mencionar:
Los de corte gagliardiano
Tango, en tu semana quiero saludarte
y las de José “Titi” Tolosa, estas últimas compiladas en sus libros “Azuleando” y “Consumiendo Vergüenza”[53]; además de las inspiraciones de Gladys Barbosa y Roberto Seminara [54].
EL TANGO
(Orlando Guelbenzu)
El tango, nació en un patio porteño
A la luz de un farolito
Lo reclamó un organito
Al encontrarlo sin dueño,
Cuando despertó de un sueño
Se ganó la viola fiel,
Y ya vencido el cartel,
El lujo y el escabio
Se hizo rezo en los labios
Del gran Carlitos Gardel.Los de corte gagliardiano
SEMANA DEL TANGO
(Fernando Fortunato. Azul, noviembre de 1996)
Tango, en tu semana quiero saludarte
Que suenen los fueyes, que gima el violín
Que vuelvan los patios de viejas glicinas
Que se escuche un verso de Discepolín.
Que empiece la fiesta en el “Puente Alsina”
Que sigan bailando “Margot” y “Don Juan”
Y el “Nueve de Julio”, que suene un “Responso”
Porque el gordo Aníbal, Pichuco, no está.
Son los “Tiempos Viejos” que voy recordando
Sentado en tus mesas, “Café la Humedad”
Mientras la “Garúa” va mojando mi alma
Y en mi “Barrio Pobre” me pongo a pensar.
Se acerca “Silbando”, sobre el empedrado
Un taita malevo que es “Guapo y Varón”
Me mira y me bate: Vamos, “Nunca es Tarde”,
Arriba, “Siga el Corso”, “Araca, corazón”.
Así… “Mano a Mano” y como “Entre Sueños”
Nos vamos llegando al “Viejo Rincón”
Y allí relojeando a la concurrencia
Vemos a “María” y a “Madame Ivonne”.
Entonces se oye un tango, suena “La Cumparsita”
Se oye “La Serenata” junto al viejo balcón
Es porque “El Entrerriano” va desangrando un tango
Que se escucha lejano: “Quejas de Bandoneón”.
En tu semana, tanto, el Gordo y Sosa
Junto al Negro Montero y Carlitos Gardel
Cantarán desde el cielo con sus voces mejores
Aquel tango de Homero que se llama “Después”.
SEGUÍ CANTANDO
(Fernando Fortunato, 1994)
Qué te voy a batir?... que estoy con bronca
Como ha de estar tu barrio de Saavedra
O el arrabal… o todo Buenos Aires
Como estarán los reos, las villas y las calles.
Ya estaba por llegar la Primavera
Tenía el naranjo flor, y un sol grandote
Se mostraba besando a Buenos Aires
Y de pronto escuchamos: “Cansado de luchar
Se fue el Polaco, a las dos de la tarde”
Empezó a lagrimear el conventillo
“Malena” se quedó como soñando…
Y “María” mirando la “Garúa”
Repitió hasta llorar: El Polaco se fue, se murió el tango
Y yo digo que no… ¡que son mentiras!
¡El Polaco está aquí, en su Buenos Aires
No lo ven?... Allá está el viejo Obelisco
Y más allá, Corrientes y Esmeralda
Allá está el Gordo Troilo con su fueye
En el Luna, Gatica está boxeando
En Palermo está Legui meta lonja
Y por Núñez, Labruna frente al arco
Y un Morocho pintón, en el Abasto
Está cantando tangos…
¡Son mentiras!... ¿No lo ven al Polaco?
¡Que se nos va a piantar!…. ¡Si es Buenos Aires!
¡Si es un cacho de tango!... ¡Si es un barrio!
¡No… no te callés, Polaco!
Regalame tu voz… cantame un tango…
Sur, Los Mareados, El Metejón, A Homero
Tal vez la Última Curda,… quizás Uno
Que sea cualquiera… con tu voz pastosa
Pero por Dios… ¡Seguí!.... ¡Seguí cantando!
AL ZORZALITO CRIOLLO
(Teodoro Ceraldi)
En su recuerdo me adhiero
Inmortal Carlos Gardel
Presuroso en el papel
Me brindo de cuerpo entero.
En décimas lo prefiero
Pues con rimas yo me basto
Por el motivo me gasto
Recordando a aquel cantor
Ofreciendo lo mejor
Al Morocho del Abasto.
Carlos Gardel prevalece
Presente está su figura
Su voz varonil perdura
Siempre su estampa enaltece.
Su imagen jamás fenece,
Canta cada vez mejor,
Se hacen peñas en su honor
Estando en todo momento
Por doquier su monumento
Que recuerda a este cantor.
Carlos Gardel, señores,
Junto al tango en su homenaje,
La música y el personaje
Considerados mejores.
Seamos siempre cultores
Recordando el tiempo aquel,
Cada cual aprecie en él
Cuando bailamos un tango
No olvidarnos en su rango
Al gran Carlitos Gardel.
Tragedia en suelo lejano
Para nuestro desconsuelo
Atrapado fue en su vuelo
Por el cielo colombiano.
Afligente el dolor humano
Que se mantiene latente
Hoy lo tenemos presente
Recordando el triste fin
Su caída en Medellín
Enlutando al continente.
EL TESTAMENTO DEL REY MOMO
(Adolfo “Fito” Etcheverry. Azul, 1999)
Y se reunieron los clubes
Y entraron a dialogar
Para el carnaval formar
Para ellos es cosa sencilla
Mandarme a mí a la parrilla
…y hacerme recontrasonar.
Este año no va a ser joda
Voy a derrochar ternura
Para jubilados y criaturas
De este pícaro planeta
Que viene a las gambetas
Con las promesas futuras.
Y tengo que resignarme
No me queda otra esperanza
No anduvieron con tardanza
Para hacerme comprender
Que llevo las de perder
Como Menem con la Alianza.
Les pido, como dios Momo,
A la Constitución respeto
A la ciudad comprometo
Si la gente se entretiene
Quiero que el año que viene
Pueda otra vez ser reelecto.
Barberena y Castiglione
No dejó plata, por eso
Por su mando me intereso
Porque Azul es una gloria
Les pagué la moratoria
Y no me ha quedado un peso.
El Goyco con su gran patio
Con don Ricardo se agranda
Lucha en una gran demanda
No sé si alcanza a cobrar
A Castillo lo invitó a morfar
Tal vez sea por propaganda.
Anita María Turón
En “Siembra” no anduvo mal
Por eso quiero formal
Manifestar mi deseo
Y que junto a Marateo
Siga estudiando al Zorzal.
No quiero hacer distinción
Con el deporte azuleño
Quiero cumplir ese sueño
Que Vélez y Piazza tienen
Si las cosas se mantienen
Y el agua siguen debiendo
Yo a la Cooperativa comprendo
Como al tango “La Cumparsita”
Por eso quisiera que el agua
La cobren en la calesita.
Entre amores y placeres
La cosa es comprometida
Si no hay otra alternativa
Sean buenos artesanos
Haciendo las cosas a mano
No tendrán temor al SIDA.
Y si no tiene automóvil
El remis tiene buen trato
Pues para andar poco rato
Lo mismo que la mujer
Para un rato de placer
Si la alquila, es más barato.
Desde ese sombrío lugar
Saco cariño y esmero
“Fleco” con sus compañeros
Con ternura fraternal
Anduvo en el carnaval
Sin pensar que es carcelero.
Siete bellas criaturas
Por suerte todas hermosas
Resaltan en sus carrozas
La admiración de la gente
Como estrellas indulgentes
Cuál de ellas más luminosas.
De promesas estoy harto
Y aunque después que me muera
Festejen a su manera
Si es que algo les ha quedado
Y en serio hacen el asado
Les dejo pa’ la salmuera.
Aldo Daher y Andalor
Juntos con la niña Sandra
Así la Liga bien anda
Muy bien están trabajando
El fútbol están levantando
Y por eso yo aprovecho
En nombre de los cinco clubes
Llegue mi grito hasta el techo
En un trabajo prolijo
Ya que juntan tanta plata
Que saquen el fondo fijo.
Al encargao de SADAIC
Amigo Carlitos Boaglio
Le dejo en lo de Dall Aglio
Un lechón muy bien cocido
Como mirando al descuido
Y sin tener mucha suerte
Para que la siga juntando
Le dejo una caja fuerte.
Para Carlitos Albanese
Palito y el Toto Pena
El “Tronco” Mariezcurrena
Armandito y Daniel Scabuzzo
Que no parezca un abuso
O algo que están ocultando
A todos los voy nombrando
Despacio y con mucho oficio
Porque si les meten juicio
Y antes de caer en un pozo
Si precisan un buen abogado
Es Ponce el niño caprichoso.
A la omisión de Carnaval les dejo
Un cheque para el 2000
Que estén al ie del fusil
Y preparen todo temprano
Un balance hay que hacer, hermano,
Por el respeto a la gente
Total si nos falta plata
“Tocamos” al intendente.
Lectura del Testamento
Es terminación formal
Mi intención no es quedar mal
Hay quien escribe mejor,
Le agradezco al locutor
Y hasta el otro carnaval.y las de José “Titi” Tolosa, estas últimas compiladas en sus libros “Azuleando” y “Consumiendo Vergüenza”[53]; además de las inspiraciones de Gladys Barbosa y Roberto Seminara [54].
CARLOS GARDEL
(Roberto Seminara. La Plata, 23-6-1995)
En qué lágrima azul, casi divina
Como un cofre de luz, duerme tu canto?
Por qué tu voz, que nos conmueve tanto
Renace más gentil y más genuina?
Qué secreto milagro te ilumina
Que desde el más allá, quien sabe cuánto
Del mundo entero arrancarás el llanto
Y nuestra admiración que no termina?
Quién dijo que no estás, si día a día
Cantás mejor y tu canción nos guía
Mientras la gloria de tu nombre crece?
Cómo olvidarte si algún tango suena
Con esa mezcla de misterio y pena
Y en tu garganta, eternidad parece?Esta ciudad también fue cuna de grandes vocalistas: Daniel Izaguirre tuvo importantes actuaciones en radios porteñas, por los años 50; Alberto Perissé cantó en la cancha de Boca ante más de mil personas; Cacho Illescas fue otra voz indispensable para nuestras noches de tango junto a Ana María Zaffora. En esta breve reseña, los nombres de Hournau-Farina-Albornoz junto a Juan Brown o el inolvidable dúo de “Chiche” Díaz y Carlos García constituyen una página insoslayable.
Más cercana en el tiempo está Sandra Forte –a quien recordamos
junto a Silvio Soldán en “Grandes Valores del Tango”-, Nina Rebolino y otros talentos
cuya mención omito por razones de tiempo, pero conservo en mi “Museo de Voces”
y difundí desde el espacio radial “Los Cantares del Azul”, por FM Del Pueblo.
Párrafo aparte merece César Rossi: Radicado en la capital, donde
se vinculó a figuras de la talla de Pichuco Troilo, Roberto Goyeneche y Horacio
Ferrer, es hijo de esta ciudad de Azul y se dedicó al canto y a la creación de
letras de tango luego de su paso por el Seminario Diocesano local. De su obra
autoral destacamos:
CIUDADANO DE SAAVEDRA
(Música: Julio Pane – Letra: César Rossi)
Ciudadano e Saavedra,
Piel marrón de calamar,
Sacerdote de poetas,
Yo predico su cantar
Y soy el cantor del barrio,
Así de simple nomás.
Y aunque me halague la gloria
Que el tango me fue dejando
Y me aceleren las luces
Un curtido berretín.
Tiene imán la vieja esquina
De Tejar y San Quintín
Y un sabor a Hesperidina,
El anís a mi moscato,
Al bolsillo tan barato
Y tan caro al corazón.
Yo soy el cantor de mi barrio
Y está Pichuco en mi voz.
Como esculpido en Saavedra,
De las horas perdí
Me duelen las de la siesta
Aunque a veces le escapé
Por glorietas de arboleda
Sobre un río de adoquín.
HORACIO (Tango)
(Música: Julio Pane – Letra: César Rossi)
Desangre charrúa, para ser porteño
Buenos Aires potra, domaste en un sueño.
Alcurnia maleva de raza poeta
Con lengue encubierto lágrima quieta.
Farsa de tu hielo, que deshiela en besos,
Besos como esos que nos dio Pichuco.
Traje de tristeza, misa de tu mesa
Raje de ternura, loco de balada.
¿Que pá? bien morir no será de día.
Absurda es el alba como una herejía.
Fiel a la liturgia, construiste el templo
Y se congregaron los ángeles tristes
Altar de silencios paredes de voces
Vidriera a la luna y un cielo de encaje
Guitarra invencible pulsa un payador
Décimas de amor él quisiera cantar
Incienso de tango, misa de atorrantes
Milagro cansino de patio y farol.
Hasta un viejo armonio también es creyente
Convertido al piano por un milonguero
Que en cáliz de copas, musa y entrevero
Ofrenda su gloria baleada de esplín.
(Recitado)
Como lunas coralinas,
Tus versos parecen islas sobre el Río de la Plata.
Donde el amor se sublima,
En romance de murga y serenata.
¡Gracias Horacio Ferrer, Maestro, y que viva el tango!
(Final cantado)
Los ángeles tristes y tú Buenos Aires.
MILONGA DEL ANDARIEGO
(Música: Fabián Bertero – Letra: César Rossi)
Andariego y soñador
Con mochila de guitarra
Llevo un canto de cigarra
Prendido a su diapasón.
Andariego y sin llegar
De una ausencia peregrino
A veces sigo el camino
Sin saber adónde va.
Le pido luz a la Luna
Al lucero a las estrellas
Y cuando elijo una huella
Nunca miro para atrás.
Yo soy como siempre fui
Seré siempre como soy
Y no van a arrodillarme
Si es por pedir un favor.
Más lo que tengo lo doy
Sin esperar recompensa
Soy palabra del que piensa
Y la voz del que calló.
Andariego en el amor
Por la inquina de un olvido
Como si buscara el nido
Ofrezco mi corazón.
Me sublima un madrigal
Y el perfume de una rosa
No hay ofrenda más hermosa
Que el beso de una mujer.
Me titilan los recuerdos
Presagiándome el fracaso
Pero no les hago caso:
Creo en la buena de Dios.
VIEJO PATIO (vals)
Música: Horacio Cabarcos – Letra: César Rossi
Viejo patio, gastados ladrillos,
Ojeras de lunas, conciertos de grillos
Los rosales goteaban rocío
Al ver que era mío el canto de un nido
El aljibe que ya no se usaba
O tal vez le pedía a la vida
La vieja clemencia que el tiempo nos da.
Viejo patio ladrillos gastados
Tinglado de cielo, cubriendo el pasado.
Los parrales prendían racimos
Y luces con mimos de rayos de luna.
Este invierno cumplió su promesa
Ya tiene tristeza de vuelo final.
Y la angustia de un pájaro ciego
Que en medio de un ruego, se pone a llorar.
Viejo patio... Tu cielo
Se estrellaba al verme llegar.
Viejo patio de cosas queridas
Que tuve en la vida quisiera cantar.
Patio mío... Querido
La cruz de un olvido
Me quiebra la voz
Solo pido que escuches el canto
De un pájaro herido que te dice adiós.
MI MARÍA (canción)
(Música: Julio Pane – Letra: César Rossi)
Mi María
La del mi sin darme cuenta
Fiel recuerdo que sustenta
La crisálida indulgente
Que quería ser mujer.
Mi María
Así vuelves en mis noches
Sin agravios ni reproches
Hada de un bosque encantado
Tul que envuelve mi ilusión
Si tus ojos se cerraron
Porque miran extasiados
A los míos del insomnio
Sin que importe la razón.
Porque buscan los lugares
Donde fuimos tan felices
Como amantes aprendices
Que descubren el amor.
Mi María
La del mi sin darme cuenta
Tu recuerdo se sustenta
En tres nombres que te nombran
Y te lloran al nombrar.
Mi María
Con tu fría piel que abrasa
Te has quedado en nuestra casa
En retoños encendidos
Como cirios del amor.
(Para final)
Con tu fría piel que abrasa
Te has quedado en nuestra casa
En retoños encendidos
Como cirios del amor.
En la danza, Antonito Ciancio fue un embajador local de
trascendencia nacional que mereció en los años ’70 –por entonces octogenario- el
reportaje de revistas porteñas. Ximena Gallicchio y Sebastián Achával,
campeones mundiales en 2005; Lucila Cionci nos representa en los escenarios más
exquisitos del mundo; Hernán Gelosi integra el equipo de Julio Iglesias y
Enrique “Quique” Pardeilhán dicta clases en la China.
La nómina precedente –aunque incompleta- refleja la “presencia”
del tango en el corazón de la Provincia de Buenos Aires.
Además de canto, música y danza, existen otras manifestaciones
como los fileteados del maestro Filippini, la obra escultórica de Don Adolfo
Godoy y los grabados de Oscar Pitrelli. Pero todo esto habría caído en el
olvido si no hubiésemos contado con un Enrique Luppi que lo preservara tan
celosamente, Miguel Oyhanarte que lo difundiera desde el diario y Tito y
Alberto José Gallicchio, desde los micrófonos radiales.
Los nombrados y los omitidos, todos ellos hacedores de nuestra
cultura local, forman parte de un trabajo más ambicioso que excede los
lineamientos del presente. No obstante, esa enumeración explica que importantes
cultores de la expresión porteña mantuvieran estrechos vínculos con nuestra
ciudad: Modesto Papávero, Agustín Magaldi, Carlos Dante, Aníbal Arias, Rubén
Juárez, Jorge Vidal… Osvaldo Pugliese ejecutó piezas musicales en el piano de Thelma;
Nelly Omar se radicó en Azul durante unos meses.
En las últimas décadas, en concordancia y consecuencia con lo
sucedido en el resto del país y del mundo, el tango pareciera haber perdido
nuevamente su voz. El lenguaje corporal ha vuelto a superar al ideológico. Proliferan
las “milongas” y los concursos de danzas y, en segundo término, los de canto; pero no se promueve con la misma intensidad la
creación literaria, musical, ni –mucho menos-, el conocimiento profundo de su
mensaje. Aquel “pensamiento triste
que se baila” es reemplazado, muchas veces, por el abrazo, con el riesgo de
convertir la expresión artística y filosófica en meramente gestual, en una
involución que nos remite a la etapa pre-contursiana, también conocida como “la
prehistoria del tango”.
Por lo expuesto, propongo
un desafío. Propongo el camino del conocimiento que nos devuelva la esencia e
impida nuevas distorsiones. Propongo devolverle al tango la voz interior y del interior.
Invito a los presentes a promover el estudio de la historia del
tango en sus respectivas ciudades y compartirlas en nuestro próximo Encuentro para
conformar un trabajo bibliográfico de investigación conjunta que consolide la
Identidad Bonaerense.
Ana Turón
Azul, 27 de mayo de 2016
(Ponencia presentada en el Encuentro Provincial de Identidad bonaerense)
[1] Ver “TEATRO NACIONAL RIOPLATENSE. Contribución a su
análisis y a su historia”, de Vicente Rossi. Ed. Solar Hacette con el apoyo del FNA, 1969 y “EL
CANTO DEL PAYADOR EN EL CIRCO CRIOLLO”, de Víctor di Santos. Ed. Del autor,
1987.
[2] El musicólogo Carlos Vega atribuye los antecedentes del
tango criollo al andaluz
[3] Letra de Pascual Contursi sobre el tango “Lita” de
Samuel Castriota, hasta entonces instrumental
[4] Tango presumiblemente escrito en 1898 y estrenado en
1903. La letra más difundida actualmente pertenece a Enrique Santos Discépolo
pero la primera, escrita por Ángel Villoldo, decía: “De un grano nace la planta
/ que más tarde nos da el choclo / por eso de la garganta / dijo que estaba
humilloso.
Y yo como no soy otro / más
que un tanguero de fama / murmuro con alborozo / está muy de la banana.
Hay choclos que tienen / las espigas de oro / que son las
que adoro / con tierna pasión, / cuando trabajando / llenito de abrojos / estoy
con rastrojos / como humilde peón.
De lavada enrubia / en largas guedejas / contemplo
parejas / si es como crecer, / con esos bigotes / que la tierra virgen / al
noble paisano / le suele ofrecer.
A veces el choclo / asa en los fogones / calma las
pasiones / y dichas de amor, / cuando algún paisano / lo está cocinando / y
otro está cebando /un buen cimarrón.
Luego que la humita / está preparada, / bajo la enramada
/ se oye un pericón, / y junto al alero, / de un rancho deshecho / surge de
algún pecho / la alegre canción.
[5] Villoldo y Enrique Saborido, 1905
[6] “Soy tremendo”, 1906
[7] “El Porteñito”, 1903
[8] “El Torito”, 1910
[9] “Cuerpo de alambre”, 1916
[10] Domingo Greco
[11] Máximo Orsi – Augusto P. Berto
[12] Vicente Greco, 1916
[13] José Martínez – Francisco Lío, 1937
[14] Raimundo Petillo, 1941
[15] Agustín Bardi, 1919
[16] Raúl De Los Hoyos – Alberto Vacarezza, 1928
[17] Alfredo Bevilacqua - Carlos Minotti, 1910
[18] Vicente Greco, 1913
[19] Juan Maglio, Pacho, 1924
[20] Hugo Gutiérrez – Homero Manzi, 1947
[21] Augusto Berto – Juan A. Caruso, 1917
[22] Osvaldo Fresedo – Edmundo Bianchi, 1948
[23] Ezequiel Soria – Antonio Reynoso, 1897
[24] Juan Canaro, 1933
[25] Rafael Canaro – Juan A. Caruso, 1924
[26] Juan Rezzano – Lito Bayardo, 1928
[27] Carlos Di Sarli – Héctor Marcó, 1942
[28] Francisco Canaro – Mariano Mores / Ivo Pelay, 1945
[29] Ver “LA CANCIÓN DEL INMIGRANTE”, de Sergio Pujol. Ed.
Almagesto, 1989
[30] En 1913 se había realizado la versión cinematográfica,
dirigida por Mario Gallo y protagonizada por Enrique Muiño
[31] Dirigida por Carlos De Paoli y protagonizada por José
Podestá e Ignacio Corsini
[32] Dirigida por Alcides Greca.
[33] Tango de Atilio Stampone y Homero Expósito
[34] Grabó “Esclavas Blancas”, de Horacio Pettorossi
[35] En 1972 grabaron en Japón un álbum dedicado al tango
bajo el título “La Cumparsita” que en 1975 lanzaron en Argentina como “Tangos
por los Quilla Huasi”
[36] En 1981, durante su exilio en París, Mercedes Sosa
descubrió el tango. A partir de su interpretación de “El día que me quieras”
(Gardel – Le Pera), volvió a incursionar en el género en varias oportunidades.
[37] Nació en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921
[38] Nació en Bahía Blanca el 7 de enero de 1903
[39] Nació en Las Flores el 13 de agosto de 1884
[40] Nació en Las Flores el 13 de mayo de 1884
[41] Nació en Guaminí el 10 de setiembre de 1911
[42] Tango con música de Carlos Di Sarli y letra –bastante
posterior- de Heber Fayet
[43] Tango con música de Hugo Marozzi y letra de Sadoc
Lameiro
[44] Oriundos de María Ignacia Vela Benedicto Blanco
(bandoneón) y Thelma Loncino (piano) se
radicaron en por los años 50.
[45] Conocido artísticamente como “El Sureño” por sus
interpretaciones folklóricas, es otro ejemplo de la perdurabilidad en el
interior bonaerense de la hermandad entre la expresión rural y la ciudadana
[46] Otros tangos con letras de Josefina musicalizadas por
José son “Viejo Franchute”, “Yo elegí” y “Escuela Normal” y el vals “El abuelo
Pepe”, en homenaje al Dr. Mordasini.
[47] Formación integrada, entre otros, por Juan H. Palmisano,
Emilio Batista, Roberto P. Barnabé, Héctor Cini y Alberto Perissé.
[48] Eduardo Vazzano y Pedro Romano (bandoneones); Omar
Castro (violín); Roberto P. Barnabé (piano); Antonio Simonetti (contrabajo);
Alberto Perissé y Roberto Giacoboni (voces). Más tarde actuaron como vocalistas
Carlos Del Campo, Luis Mario Bigalli, y Amadeo Gentile.
[50] Eduardo Vazzano y Ernesto Giorgetti (bandoneones);
Roberto P. Barnabé (piano); Juan H. Palmisano (violín); Tito Simonetti (contrabajo);
Alberto Perissé y Ricardo “Pocho” Ledesma (cantores).
[51] Creada a fines de los años ’40 por alumnos de Antonio
Scarpello, su primera conformación estuvo a cargo de: Carlos Luquez (piano);
“Pocho” Barcelona, Puentes, Albertelli y Nasello (bandoneones); Tucci,
Bongiorno y Alcides Piazza (violines).
Posteriormente se incorporaron “Rolo” Piazza, Lombar, Piovi, Sánchez,
Castiglione, Scabuzzo, Carlos Vázquez y Catanese.
[52] Los alumnos debían presentar una investigación sobre
Gardel y la letra de un tango. Si bien estos trabajos no gozaron de difusión
alguna, tuve acceso a ellos por formar parte del jurado.
[53] Editado en 2006 por la imprenta Combessíes.
[54] Azuleño radicado en La Plata
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Homenaje a Orlando Guelbenzu.
Recopilación de su obra. Dirección de Cultura y Educación de la Municipalidad
de Azul, 1996
GOBELLO, José. Letras de Tango
(1897-1981). MERALMA E.C.E., 1997
NELSON, Julio Jorge “Carlos de Buenos
Aires” – s/f (Ca. 1970)
PESCE, Rubén. El tango criollo
Diario “Clarín”. Bs. As., 12/11/1996
Diario “El Popular”. Olavarría,
16-06-2013
Wikipedia
Archivo personal.