La primera data de octubre de 1935 –a sólo cuatro meses de su
muerte- y fue publicada en Barcelona con el título “La Novela de Gardel”, aunque no es una ficción sino una semblanza
con anécdotas vagas, imprecisas y de difícil comprobación. La identidad de su
autor, embozada en el pseudónimo “Alfonso de Castilla”, aún no ha podido
develarse.
En Argentina hizo lo propio la editorial “Buchieri” durante
los años ’40, acompañando las breves ficciones con una antología de tangos. En
el “Carlos” protagonista de estas páginas no siempre reconocemos a Gardel, ya
que las únicas coincidencias son su nombre y su condición de cantor. Idénticas
características tiene la obra de César Tiempo publicada con el título “Así quería Gardel” (Ed. Bell, 1955 y
1965) y en 1975 como “El último romance
de Gardel” (Ed. Quetzal).
En 1970 aparece como ícono de la identidad argentina en la
novela “Andá, cantále a Gardel”, de
Alejandro Losada, que tuvo récord de reimpresiones: 8 de octubre, 8 de
noviembre, 8 de diciembre, 10 de diciembre, 15 de diciembre y 7 de enero de
1971, prueba indiscutible de la aceptación por parte del público lector que se
identificaba con los jóvenes protagonistas de la convulsionada Argentina de
entonces. En la misma línea se sitúan “Gardel
supo retirarse a tiempo” (de Eduardo Pérsico, 1982, ed. Corregidor) y “Mañana canta Gardel”, de Sergio
Navarro, editada en Chile en 1986 (Ed. Del Ornitorrinco), donde el cantor
representa la identidad y la libre expresión popular.
En 1985, año del cincuentenario de su muerte, aparecen las
primeras biografías noveladas, con precisión en fechas y circunstancias pero
con adornos en la ambientación y diálogos creados para una lectura más amena.
Éste es el caso de “Carlos Gardel”,
de Edmundo Eichelbaum (editado en París y cuya versión en castellano publicó Ed. Vergara) y, años
más tarde, la “Biografía autorizada”
de Eliseo Álvarez (Ed. De la Urraca, 1995), “Un tango para Gardel” de Pedro Orgambide (Ed. Sudamericana, 2003)
entre otras.
En 1987 encontramos en Santiago de Compostela la primera
ficción propiamente dicha: “O Sorriso de
Gardel”, de Isaac Otero, editada por Sotelo Blanco en lengua gallega. La
trama gira en torno a la búsqueda de un hijo del cantor, que ha heredado la
inconfundible sonrisa.
En 1996 se realizó en Uruguay un concurso internacional de
ficción con un interesante premio en moneda estadounidense que arrojó como
resultado una gran producción literaria: El primer premio fue para “Tango del Mudo”, de Luis Benítez
(Argentina), novela plena de originalidad, tensión y picardía que invita a
repensar los mitos. A la edición uruguaya (Ed. De La Plaza, 1997) y a la
argentina (Ed. Del Leopardo, 2003) sucedió una digital en 2012.
Entre los trabajos publicados por entonces –tal vez
participantes del mencionado concurso-, se destaca “Gardel”, de Marcelo Zamboni (Ed. Perfil, 1997), como una novela de
corte policial que muestra al cantor perseguido por un ajuste de cuentas que
concluye con su vida en el “accidente” –intencional, en la novela- de Medellín.
Su personalidad sufre las modificaciones que la trama requiere, hecho que
mereció la crítica de José Gobello entendiendo que el protagonista de la
ficción no se correspondía con la figura inspiradora de esas páginas. Lo mismo
sucede con “La noche en que Gardel lloró
en mi alcoba” (de Fernando Butazzoni, Ed. Planeta 1996 y 2004), obra de
grandes méritos literarios aunque en ella no se reconozca la personalidad ni la
psicología del cantor.
Otras creaciones no lo abordan de forma directa sino a través
de sus admiradores. “Mande Beijos a
Gardel” de Gilberto Abreu (Ed. Iluminuras, Brasil, 1991), es la frase que
un delincuente deja escrita en la escena de cada crimen, con “besos” para el
policía gardeliano que debía encarcelarlo. “El Código Gardel”, de Joselo González Olascuaga recrea las disputas
generadas por el nacimiento del cantor, que culminan con un crimen durante un congreso
gardeliano. La inclusión de nombres de investigadores actuales otorga un
realismo apasionante y simpático a la primera edición (Ed. Fin de Siglo, 2005),
mientras la segunda (Ed. Zonalibro, 2010) se ha compactado, sin perder su
esencia.
Podríamos referirnos a muchas otras novelas que muestran a Gardel
como personaje (aunque sea en forma indirecta) o como figura icónica de Buenos Aires,
del tango o de una época. Las hay editadas en Argentina, Chile, Brasil,
Uruguay, Bolivia, Colombia, Costa Rica, México, Estados Unidos, España,
Portugal, Francia, Alemania, Suecia y Noruega en sus correspondientes idiomas,
prueba tangible del cariño que sigue inspirando Carlos Gardel, el cantor que
trasciende al tango.
Ana Turón
Azul, junio 8 de 2017
Publicado en la Revista Qu N° 20, julio de 2017 (ver edición on-line)
y en la revista Tango Reporter (Los Ángeles, California) Año XXIII, Nro 222, marzo-abril de 2018
y en la revista Tango Reporter (Los Ángeles, California) Año XXIII, Nro 222, marzo-abril de 2018