Destacado guitarrista,
autor y compositor, conocía los secretos de las danzas regionales, cultivó la
canción nativa y trajo el folklore
cuyano a la provincia de Buenos Aires.
Criollo de ley, de atrayente físico y
gran simpatía, lo llamaban “El Víbora” por sus ojos juntos de mirada
penetrante.
Su inconstancia, su carácter difícil ("de reacciones violentas") y su superioridad artística motivaron frecuentes cambios de compañeros de dúo, la ubicación de su apellido en primer término –cuando correspondía el último, por ser segunda voz- y la omisión de sus pares en la etiqueta de los discos.
Simultáneamente, abría caminos a sus discípulos sin egoísmos ni rivalidades.
Simultáneamente, abría caminos a sus discípulos sin egoísmos ni rivalidades.
Documentación inédita, recuerdos de sus amigos e información de época permiten trazar esta reseña personal y artística, que no pretende ser definitiva.
1883-1902:
Saúl Rosario Salinas nació el 27 de octubre de 1883 en la
ciudad de San Juan, hijo natural de Manuela Salinas. Documentación posterior
indica que su padre se habría llamado “Manuel Patricio”, apellido inexistente en esa provincia, por cuanto se trataría de su segundo nombre de
pila, hecho que impide su correcta identificación.
Acta de bautismo de Saúl Salinas, labrada en su ciudad natal el 5 de noviembre por el presbítero Pedro Biondi, fueron sus padrinos Felipe y Antonia Laura:“En cinco de noviembre
de mil ochocientos ochenta y tres, yo, el infrascripto Cura Rector de esta
Iglesia Parroquial de la Merced en la Ciudad y Provincia de San Juan, bauticé,
puse óleo y crisma a Saúl Rosario, nacido el veinte y siete de octubre del
corriente año, hijo natural de Manuela Salinas, siendo sus padrinos Felipe
Laura y Antonia Laura, a quienes advertí el parentesco espiritual y demás
obligaciones, doy fé. Firmado: Pedro Biondi”
Tal vez por las circunstancias de ilegitimidad, madre e hijo
se trasladaron a Mendoza, donde fueron censados el 10 de mayo de 1895: Saúl, de
“10 años” (en rigor de verdad tenía 11), cursaba sus estudios primarios y ella
se declaró “soltera, de 45 años, sin profesión, no lee ni escribe” (línea 14).
Nacida el 6 de junio de 1849 en San Juan Capital y bautizada a los 17 días como
Manuela de Jesús, era hija natural de Margarita Salinas y en 1869 se había declarado
“cocinera”.
Nótese Juanito Salinas (línea 10), de 30 años, sastre, soltero y sanjuanino. A continuación, tres hombres de 28, 35 y 27 años -dos de ellos también sastres y el otro cigarrero-, completan el grupo conviviente en el que, posiblemente, Manuela se encargara de los quehaceres domésticos o ayudara en trabajos de costura.
Por ser ésta la última mención que encontramos a su madre, se presupone su fallecimiento y se explica el temprano trabajo de Saúl como conductor de coche de caballos ("donde desplegaba su simpatía y su ya conocida inclinación
por la guitarra") y su regreso a su ciudad natal: “se estableció con
un café en Trinidad (San Juan) donde se juntaban los aficionados a la canción
telúrica. Allí estableció su rincón donde campeaba el amor a la tradición y entre
canción y canción iba germinando la semilla de sus inquietudes que algún día
habría de llenar de satisfacción y justo orgullo a las actuales generaciones.
Pero pronto cambió su actividad por una nueva e incipiente labor, la venta de
discos fonográficos que en aquellos años ya comenzaban a difundirse
febrilmente. Y ahí fue donde Salinas completó sus sueños, influenciado por esa
nueva manifestación del arte. Se dedicó activamente a la canción criolla, como
autor e intérprete y así nacieron ‘La Sanjuanina’, ‘Una rosa para mi rosa’, ‘La
Trilla’ y tantas otras. En aquellos años llegaron los discos de dos grandes
dúos mejicanos Rosales y Robinson, y Abrego y Picazo. Salinas que si no era hombre de ilustración era inteligente,
comprendió enseguida que esa forma de interpretación de la canción podría
aplicarse a lo nuestro, se puso a la obra y con gran entusiasmo viajó a Buenos
Aires, meridiano de toda actividad y cultura[1].
Fuentes sanjuaninas de origen incierto indican que “durante dos años fue chofer de la acaudalada familia Videla, dueña de extensas hectáreas de viñedos. También tuvo instrucción policial y debido a su buen comportamiento y desempeño llegó a ser subcomisario de la Seccional Primera”. Las fechas no coinciden: Si en 1895 asistía a una escuela mendocina, no tuvo tiempo para desempeñar funciones policiales en su ciudad natal y alcanzar el cargo de subcomisario antes de 1902, año en el que lo encontramos en Buenos Aires.
Fuentes sanjuaninas de origen incierto indican que “durante dos años fue chofer de la acaudalada familia Videla, dueña de extensas hectáreas de viñedos. También tuvo instrucción policial y debido a su buen comportamiento y desempeño llegó a ser subcomisario de la Seccional Primera”. Las fechas no coinciden: Si en 1895 asistía a una escuela mendocina, no tuvo tiempo para desempeñar funciones policiales en su ciudad natal y alcanzar el cargo de subcomisario antes de 1902, año en el que lo encontramos en Buenos Aires.
SU HOMÓNIMO:
La confusión se debe a la presencia de otro Saúl Salinas, registrado en el censo de San Juan de 1869, “varón, de 3 años”, es decir nacido en 1866 en Trinidad (localidad muchas veces mencionada como cuna de “El Víbora, pero no en la fe de bautismo que inicia este trabajo). Aunque con una diferencia de 17 años, la homonimia de ambos coterráneos y la ausencia de uno de ellos favorecieron las confusiones. Es posible –aunque irrelevante para este trabajo- que existiera entre ambos algún parentesco y que “Saúl” fuera un nombre tradicional en la familia.
Además de la fecha de nacimiento, difieren los
datos de su madre: Justina, costurera de 30 años, es decir nacida en 1839 (línea 6) y una composición familiar que nunca reaparece en la vida de nuestro biografiado.
EN BUENOS AIRES, A
PRINCIPIOS DE SIGLO:
El 5 de febrero de 1902 lo encontramos en Buenos Aires
fotografiándose con José Razzano y Francisco Martino, de manera que su llegada
debió producirse un poco antes, tiempo suficiente como para consolidar una
amistad que ameritara “posar para la posteridad”.
Saúl Salinas, José Razzano y Francisco Martino en Buenos Aires, 5 de febrero de 1902 |
Francisco Martino, uno de sus primeros amigos porteños, lo recordaba como un “criollo de ley, versado en canciones y que sabía todos los secretos de
los bailes regionales. Me encantó aquel hombre de tierra adentro. Me enseñó
muchas tonadas y con él aprendí a cantar ‘La
Pastora’ que entonamos a dos voces”.
Estas últimas palabras respaldan la versión del dúo Salinas-Martino aunque no
han podido precisarse fechas, actuaciones ni más temas del repertorio de los
jóvenes artistas vocacionales.
1910:
Luego de varios años en blanco, sus rastros reaparecen en Cuyo
hacia 1910, cuando conoció al payador bonaerense Pedro Garay (1881-1950),
radicado en Mendoza desde 1897, con quien Salinas comparte –o disputa- la
paternidad del canto criollo a dos voces aplicando la armonización aprendida de
los intérpretes mexicanos.
Según el investigador Ismael Moya[2]
“Se considera a Pedro Garay el creador del canto a dúo en lo que concierne al tema
criollo y, asimismo, figura él entre los que sirvieron de modelo inicial a
Carlos Gardel. En esta modalidad artística fue secundado por su hermano Juan y luego por Saúl Salinas. Trajo de
Cuyo un extenso repertorio de tonadas y, como fueron del agrado del público de
Buenos Aires, merecieron ser grabadas en discos (…) Sus composiciones se
cantaban con éxito, entre ellas ‘Mi Caballo bayo’, ‘La Trilla’, ‘A mi
Guitarra’, ‘Ante la cruz’, ‘El rancho’, ‘La Pastora’, ‘La Rosa encarnada’, ‘Los
ojos negros’…” La rivalidad distanció a ambos artistas originando serios
problemas ya que Garay reclamó la
autoría de “La pastora” y “La rosa encarnada” (titulado por Salinas “Una
rosa para mi Rosa”), situación imposible de dilucidar a más de un siglo, en
creaciones que pudieron ser conjuntas.
Es interesante recordar que los ritmos musicales de la región pampeana se interpretan de manera individual. Así, el folklore cuyano resultó una atractiva novedad para el público habituado a escuchar milongas, estilos, tristes, cifras y huellas. Los escasos dúos que había utilizaban el canto monocorde, como podemos apreciar en esta interpretación de Razzano-Martino, registrada el 23 de marzo de 1910. |
La vida de Salinas transcurría entre Buenos Aires y Mendoza,
donde mantenía una relación sentimental con Leonor Urbelina Yañez, sanjuanina,
hija de Moisés Yañez y de Juana E. Bazán. El primer hijo de esa unión, Saúl
Sebastián, nació el 20 de enero de 1910 y fue bautizado el 26 de marzo.
Bautismo de Saúl Sebastián Salinas, en Mendoza. Fueron sus padrinos el cantor y compositor Alfredo Pelaia y Dominga Y. de Villegas.
|
TRANSCRIPCIÓN:
Nota marginal: Saúl Sebastián Salinas (corregido con lápiz). A la derecha, “M. Rúa”.
En esta iglesia de
Loreto en Mendoza, a 26 días del mes de marzo del año mil novecientos diez, el
Presbítero D. bautizó, puso óleo y crisma a Saúl Sebastián Salinas, que nació
en (en blanco), el día 20 de enero de mil novecientos diez, hijo de Don Saúl R.
Salinas, natural de (en blanco) y de Doña Urbelina Yañez, natural de (en
blanco). Padrinos Don Alfredo Pelaia y Doña Dominga Y. de Villegas a quienes se
les advirtió el parentesco espiritual y obligaciones contraídas. Firmas.”
La madrina, Dominga
“Y” de Villegas, era hermana de Urbelina Yañez, es decir tía directa del pequeño; pero la elección del
músico Alfredo Pelaia para padrino indica una relación de estrecha amistad hasta hoy desconocida.
Espontánea e inevitablemente debieron conformar un dúo en épocas vocacionales del que no quedaron registros fonográficos. Posteriormente cada uno de ellos se unió artísticamente a otros cantores, pero no desarrollaron actividades artísticas en forma conjunta, lo que permite presuponer un distanciamiento.
Espontánea e inevitablemente debieron conformar un dúo en épocas vocacionales del que no quedaron registros fonográficos. Posteriormente cada uno de ellos se unió artísticamente a otros cantores, pero no desarrollaron actividades artísticas en forma conjunta, lo que permite presuponer un distanciamiento.
1912:
A partir de este año puede reconstruirse la carrera discográfica de Salinas y, por ende, su repertorio y obra autoral. Sus primeras grabaciones fueron a dúo con Augusto De Giuli, para el sello Víctor durante el mes de febrero.
El detalle, publicado por el sitio web de esta empresa, consigna también discos "Columbia" registrados "entre 1920 y 1923", que hemos separado con una línea roja para evitar confusiones.
A partir de este año puede reconstruirse la carrera discográfica de Salinas y, por ende, su repertorio y obra autoral. Sus primeras grabaciones fueron a dúo con Augusto De Giuli, para el sello Víctor durante el mes de febrero.
El detalle, publicado por el sitio web de esta empresa, consigna también discos "Columbia" registrados "entre 1920 y 1923", que hemos separado con una línea roja para evitar confusiones.
Muy pronto el dúo se desvinculó de "Victor" y grabó en “Columbia” una serie de 16 discos con 32 temas (casi todos pertenecientes a Salinas) que la revista "Fray Mocho" ofrecía al público en su edición del 28 de marzo de 1913:
Transcribimos la sección correspondiente a Salinas-De Giuli respetando el orden
Disco
|
Título
|
Género
|
Autor
|
T 542
|
Tuyo soy | Cueca | S. Salinas |
La Canariera | Canción | S. Salinas | |
T 543 | El vendedor de queso | Tonada | S. Salinas |
La cuyanita | Tonada | S. Salinas | |
T 544 | Vidalitas Cómicas | S. Salinas | |
Estilo y gato | S. Salinas | ||
T 508 | Sentimientos del cantante | S. Salinas | |
Prurito de la sociedad | Canción | A. De Giuli | |
T 509 | La Germania | Cueca | S. Salinas |
Así eres tú | Tonada | S. Salinas | |
T 510 | La infiel | Tonada Cuyana | S. Salinas |
Si me tendrá en su memoria | S. Salinas | ||
T 511 | La cantinera del batallón | Canción | S. Salinas |
San Juan por dentro | Estilo Sanjuanino | A. De Giuli | |
T 512 | La buena mujer | Canción | S. Salinas |
Pensando en ella | S. Salinas | ||
513 | Los viejos embusteros | Coplas | S. Salinas |
Gato nacional | Baile | S. Salinas | |
514 | La mendocina | Cueca | S. Salinas |
El que todo lo acomoda | Estilo | A. De Giuli | |
T 574 | Mirala cómo se va | Tonada Cuyana | S. Salinas |
No volverá | Canción | A. De Giuli | |
T 575 | Los dos sanjuaninos | Tonada | S. Salinas |
El gorro frigio | Cueca | S. Salinas | |
T 633 | El procurador | Canción | S. Salinas |
La cosecha | Escena Musical | S. Salinas | |
T 634 | Milonga y gato | S. Salinas | |
Lamentos | Estilo | S. Salinas | |
T 635 | Vidalita provinciana | A. De Giuli | |
Los dos negros | Canción | Saúl Salinas | |
T 507 | La lotería | S. Salinas | |
La lengua de los vecinos | Cuento | S. Salinas |
Además, es interesante observar:
1) El
precio de $2 (“moneda nacional”) es el mismo para todos los intérpretes, situación que más tarde sufrirá modificaciones.
2) La
cantidad de discos de Salinas-De Giuli es muy superior a la de los otros artistas.
3) Por primera vez encontramos el nombre de Gardel junto al de Salinas (quien, según Razzano, lo presentó en la
empresa “Columbia”).
Un minucioso trabajo del coleccionista Carlos Picchio ofrece detalles no consignados por "Fray Mocho" y completa la producción discográfica de 1912 y 1913 de Salinas como solista y a dúo con De Giuli y Sarcione para "Columbia":
Un minucioso trabajo del coleccionista Carlos Picchio ofrece detalles no consignados por "Fray Mocho" y completa la producción discográfica de 1912 y 1913 de Salinas como solista y a dúo con De Giuli y Sarcione para "Columbia":
Afortunadamente, la tecnología y la generosidad de muchos coleccionistas nos permiten acceder a piezas de arqueología cultural como la cueca “Tuyo soy” y “El Procurador” con Salinas como solista e intervenciones de su compañero.
Augusto De Giuli figura en algunos documentos como
nacido en Cerro Largo el 5 de agosto de
1887 y en otros, el 12 de noviembre de 1892 en Melo, esta vez con el segundo
nombre “César”, hijo de “Antonio Delyiuli y Honorina Del Signore”. Tenor
uruguayo de dilatada trayectoria, abandonó el canto nativo para dedicarse al
lírico, en 1932 contrajo enlace en Londres con Marina Rodríguez Picaroni, también artista, nacida en Uruguay
en 1904.
Un testimonio suyo referido a Gardel aporta información de interés para este trabajo: “Con Carlitos nos conocimos en Buenos Aires por 1912. Fue en los estudios de la emisora de discos “Columbia”, en Paraná entre Cangallo y Sarmiento, donde nos sometimos a prueba para hacer algunas grabaciones. Naturalmente nos hicimos buenos amigos”.
En el párrafo anterior, el periodista menciona
que De Giuli y Gardel "compartieron la
bohemia lírica con José Razzano y Alfredo Gobbi”, completando el escenario en el que se movía
Saúl Salinas.
También recordó que
Gardel “aunque en forma incidental
recibió algunas lecciones del famoso barítono Sagi Barba. Aquí debo hablar en
plural, pues como yo andaba siempre con Gardel, también a mí me enseñó don
Emilio. Frecuentábamos los ensayos de aquella compañía lírica del Teatro Mayo,
dirigida por el gran cantante español, y como alguien le dijera que estudiábamos
canto, empezó a alentarnos paternalmente y con mucha generosidad. Sagi Barba
nos enseñó el arte de emitir la voz, los ejercicios de respiración y toda la
gama de recursos para ir paulatinamente madurando nuestras facultades. Cada cual
siguió después su propio destino: yo empecé a cantar óperas, que era en
realidad lo que más me gustaba; él se perfeccionó en el folklore argentino y,
con preferencia, en las tonadas provincianas”.
La ausencia de Saúl Salinas en las
clases de Sagi Barba -que, evientemente no eran inaccesibles- pudo obedecer a su personalidad tan poco amante de horarios, cursos y obligaciones... ¡para cantar!
SALINAS-GOBBI
Nacido en Uruguay en 1877 y radicado en Buenos Aires desde
1895, Alfredo Gobbi no pudo conocer a Salinas antes de 1904, fecha en que regresó de España, donde residió por cuatro años. En 1905 se casó con la
cantante chilena Flora Rodríguez, con quien formó el dúo “Los Gobbi” o “Los
Campos” (dedicado a las canciones criollas, diálogos humorísticos y tangos),
permanecieron en Europa y Estados Unidos durante largas temporadas[3],
y regresaron a Argentina el 21 de diciembre de 1912.
En 1935 refirió: “Conocí a Gardel –recordaba Gobbi-
allá por el año 1913, que me fue presentado en la Casa Tagini… Gardel se
encontraba en ese momento con Saúl Salinas, que fue quien me lo presentó (…)
Salinas, siempre emprendedor, al ver la buena impresión que Carlos había
causado en el notable músico, mandó traer una de las canciones que acababa de
grabar: ‘El almohadón’ (…) La satisfacción de Gardel fue elocuente”.
Gobbi no equivocó la fecha. En 1913 se comercializaron los
discos que Gardel había grabado el año anterior (tal como vimos en la página de
“Fray Mocho”), pero más allá de la fecha resulta interesante la actitud
generosa de Salinas hacia el joven Gardel, en el comienzo de su carrera.
A fines de 1912, por medio de Augusto P. Berto, Salinas
conoció a Carlos Marambio Catán, quien recordaba haber visitado “Bragado antes de mi ingreso a la Escuela
Naval” con “mi viejo amigo de la
Boca”, menciones que podrían indicar alguna presentación artística aún
desconocida en el interior de la provincia, como así también la residencia de Saúl Salinas en el barrio de
Quinquela por esos tiempos.
EL CUARTETO CON GARDEL,
RAZZANO Y MARTINO
Las referencias a esta formación provienen de Francisco Martino y de José Razzano (quienes, como
hemos visto, conocían a Salinas desde 1902). En oportunidades los recuerdos se
confunden y contradicen, por cuanto optamos por la copia textual para evitar posibles
tergiversaciones, aunque unificando distintos reportajes para conservar la cronología de los hechos.
Salinas conoce a
Gardel:
José Razzano declaró que: “El
gran cantor y compositor sanjuanino Saúl Salinas con quien me encontré en
Buenos Aires, me propuso grabar conjuntamente con él y entonces yo recordé a Gardel y al
ponderarlo Salinas se interesó en conocerlo".
"De regreso de su gira con Martino presenté a Gardel a Saúl Salinas (...) ¡Ése sí que sabía cantar! Nos enseñó una punta de canciones de tierra adentro (…) y nos enseñó lo más importante, lo que ninguno de nosotros sabía: lo que era una segunda voz".
Poco después en la misma casa de Salinas nos reunimos todos y tuvimos la satisfacción de escucharle la mayoría de las composiciones de que era autor, entre ellas ‘La Pastora’, ‘Mirala como se va’, ‘Mi negra se ha ausentado’, ‘Cañaveral’, ‘La Madrugada’ y otras. A nosotros, esto que era una novedad, nos gustó mucho quedando así resuelto formar un cuarteto (…) que debutó en un beneficio realizado en la Casa Suiza. Después de esto emprendieron viaje y debutaron en Zárate.
"De regreso de su gira con Martino presenté a Gardel a Saúl Salinas (...) ¡Ése sí que sabía cantar! Nos enseñó una punta de canciones de tierra adentro (…) y nos enseñó lo más importante, lo que ninguno de nosotros sabía: lo que era una segunda voz".
Poco después en la misma casa de Salinas nos reunimos todos y tuvimos la satisfacción de escucharle la mayoría de las composiciones de que era autor, entre ellas ‘La Pastora’, ‘Mirala como se va’, ‘Mi negra se ha ausentado’, ‘Cañaveral’, ‘La Madrugada’ y otras. A nosotros, esto que era una novedad, nos gustó mucho quedando así resuelto formar un cuarteto (…) que debutó en un beneficio realizado en la Casa Suiza. Después de esto emprendieron viaje y debutaron en Zárate.
Se forma el cuarteto:
"Nos entendimos tan
bien, que de inmediato Gardel lanzó la
idea –que todos aceptamos- de constituir un cuarteto. Realizamos varias
giras y, al cabo de algunos meses, por una serie de
circunstancias que no vienen al caso nos desprendimos primero de Martino y
luego de Salinas" -dijo Razzano-, aunque ni las giras ni los meses fueron tantos.
Incluso, él mismo declaró a "Antena" que el cuarteto duró solo 15 días,
hecho coincidente con las investigaciones gardelianas y con la personalidad que
estamos descubriendo del artista cuyano. Otro punto a señalar es que primero se
desvinculó Salinas y luego Martino, error atribuible a la transcripción del
periodista.
Por su parte, Francisco Martino se atribuyó la paternidad de
la agrupación vocal: “Entonces a mí se me ocurrió que podríamos formar un
cuarteto para ir por el interior. Y quedó constituido así el conjunto:
Gardel, Martino, Salinas y Razzano. De inmediato surgió ante nosotros el
obstáculo casi invencible de la falta de dinero. Y concebimos la idea de dar
una fiesta a beneficio en la Casa Suiza. Con el dinero que conseguimos, pudimos
arrancar. Anduvimos por todo el Oeste: Quemú-Quemú, Lincoln, debutamos en
Mercedes…”
La presentación en Casa Suiza tenía por finalidad recaudar fondos para la gira del terceto conformado por Gardel-Martino-Razzano y la incorporación de Saúl Salinas surgió espontáneamente, casi a último momento. La minuciosa investigación de Miguel Ángel Morena señala que es Salinas "quien sugiere la formación de un cuarteto, en el cual, Razzano y Martino hagan la primera voz y él con Gardel, la segunda".
La iniciativa pudo ser de cualquiera porque todos tenían experiencia en dúos, pero la armonización que ofrecía "El Víbora" sería de significativa importancia.
La presentación en Casa Suiza tenía por finalidad recaudar fondos para la gira del terceto conformado por Gardel-Martino-Razzano y la incorporación de Saúl Salinas surgió espontáneamente, casi a último momento. La minuciosa investigación de Miguel Ángel Morena señala que es Salinas "quien sugiere la formación de un cuarteto, en el cual, Razzano y Martino hagan la primera voz y él con Gardel, la segunda".
La iniciativa pudo ser de cualquiera porque todos tenían experiencia en dúos, pero la armonización que ofrecía "El Víbora" sería de significativa importancia.
Proyectando la gira
Un extenso artículo periodístico de 1933 reprodujo una anécdota que
pareciera provenir de Razzano: “Una
mañana, los que habrían de ser ‘ases’ de la canción criolla, con algunos pesos
juntos y la compañía de Martino llegarían a la estación retiro. Llevaban toda
su esperanza en el doble encordado de sus guitarras y las gargantas pura
promesa todavía.
Se acercaron a la
ventanilla, mostrando todo el dinero que llevaban y preguntaron:
-Somos tres: ¿hasta
dónde podemos ir con esta plata?
El boletero hizo un
rápido recuento y dictó sentencia: Hasta Zárate – dijo
Sobraban unos centavos
pero se marcharon igual. ‘Donde hay una voluntad, hay un camino’”
No eran tres sino cuatro, según se desprende del contexto de los
recuerdos, pero la anécdota muestra los criterios
que regían para organizar las giras artísticas.
En Zárate
Según Francisco García Jiménez, “Así fue como Razzano y Martino haciendo la primera voz y Gardel y ‘El
Víbora’ la segunda, el cuarteto quedó formado y se presentó en la localidad de
Zárate en el carnaval de 1912 (SIC).”
Ante el evidente error de la fecha (Gardel todavía no conocía a Salinas y ese año formaría dúo con Francisco Martino), se dedujo que se trataría del año siguiente. Así, investigaciones locales dan cuenta de que “el miércoles 10 de julio llegaron a Zárate. Los recibió una población pujante, merced al crecimiento y la mejora de la red ferroviaria, por ese entonces en manos de los ingleses. Sin embargo, las cosas no resultaron como los cantores lo habían pensado y, tras una estéril actuación en el Bar El 25 de la calle Independencia, se fugaron durante la noche del Hotel El Globo – sito en la esquina de 19 de Marzo e Ituzaingó (hoy estación de servicio) – por no poder afrontar el pago de la estadía.
Ante el evidente error de la fecha (Gardel todavía no conocía a Salinas y ese año formaría dúo con Francisco Martino), se dedujo que se trataría del año siguiente. Así, investigaciones locales dan cuenta de que “el miércoles 10 de julio llegaron a Zárate. Los recibió una población pujante, merced al crecimiento y la mejora de la red ferroviaria, por ese entonces en manos de los ingleses. Sin embargo, las cosas no resultaron como los cantores lo habían pensado y, tras una estéril actuación en el Bar El 25 de la calle Independencia, se fugaron durante la noche del Hotel El Globo – sito en la esquina de 19 de Marzo e Ituzaingó (hoy estación de servicio) – por no poder afrontar el pago de la estadía.
Las penurias económicas
continuaron, pues la gente del litoral no parecía muy apresurada por
contratarlos, y ellos no tenían recursos para sostenerse inactivos. Para colmo,
Salinas decidió dejar el grupo y pegar la vuelta, por lo que sus compañeros
intentaron convencerlo de llegar a San Pedro, ilusionados que allí las cosas
podían ser distintas, “El Víbora” aceptó, aunque no muy convencido”.
Nótese que el cuarteto llegó a Zárate el 10 de julio,
cuando la ciudad todavía conservaba la ornamentación callejera, el palco frente al
Palacio Municipal y ecos de los festejos por el aniversario de la
Independencia Argentina de la víspera. El recuerdo de esta celebración popular confundió la fecha en la memoria de Razzano pero no los resultados y confirmó el párrafo precedente: "Tan mal nos fue (...) que nos fugamos del hotel saltando por la ventana, y nos dirigimos
entonces a San Pedro. Ahí –agregó- visitamos al presidente del Club Social
quien nos obligó a cantar innumerables piezas para él solo autorizando al fin
que actuásemos en la entidad que presidía. El debut –continuó diciendo Razzano- fue un éxito pero después de cantar Gardel y Salinas se disgustaron y éste
se marchó en el primer tren para Buenos Aires dejándonos su repertorio y sus
enseñanzas. Hoy como siempre debo reconocer que Salinas no solamente fue
nuestro verdadero maestro sino también el autor de nuestros primeros éxitos.”
Años más tarde, la pluma de García Jiménez relató:“Fue con
puchos de dinero de aquellas rifas como pudieron llegar al pueblo de San Pedro.
Y algún hado protector de las juglarías sería el que los puso en contacto con
los señores Perazzo y Mendizábal, políticos de arraigo en aquellos pagos. Sin
dejarnos en el tintero al comisario Malter Terrada, que les tomó ley a los
artistas e influyó para que cantaran en el ‘biógrafo’ (…) El cuarteto gustó y
Perazzo y Mendizábal les abrieron las puertas del Club Social, donde no fueron
menos festejados.
Pero allí el conjunto
quedó reducido a terceto, porque en la cabeza de Saúl Salinas bullían nuevas
ideas y el cuyano los dejó amistosamente.
De todos modos, la buena simiente estaba echada. La matización de las voces iba
ajustándose, pese a los inconvenientes de la aventura con más vistas al pan de
cada día que a los progresos artísticos”.
Remarquemos que en 1935 Razzano dijo que Salinas y Gardel se
disgustaron y, once años más tarde, que “el cuyano
los dejó amistosamente”.
El problema no debió ser tan grave o, al menos, no pareciera
haber sembrado rencores, ya que con posterioridad Gardel lo habría visitado en su casa de San Juan y, además, le rendirá un homenaje al elegir sus
temas para grabar a dúo consigo mismo en 1933.
Es más posible, en cambio, que Salinas se haya alejado por diferencias con Razzano, según refiriera Cristino
Tapia[4]:
“Cierta vez se le apersonó en su casa de
la Docta el cultor sanjuanino Saúl Salinas para solicitarle persuadiera a
Gardel formara dúo con él y abandonara a Razzano porque éste lo estaba
expoliando (según Salinas). ¡Tanto era el afecto e influencia que tenía sobre
Carlos Gardel, que los amigos más amigos creyeron ver en él un salvador! Él se
mantuvo incólume y no interfirió en las relaciones del dueto más popular. Para
él eran colegas y amigos tanto Gardel, como Razzano o Salinas”.
Nuestro biografiado era andariego, inconstante, inquieto y no necesitaba discutir con su circunstancial compañero artístico para retomar su camino. Ya en el Siglo XXI, Ángel Olivieri –amigo y heredero de Razzano- dejó escrito que “Salinas no cantaba por necesidad. Era un tipo que cantaba, más bien, por hobby. Estaba en mejor posición económica que los otros y no tenía ni la disciplina ni la ambición de ellos”. Su inconstancia ha quedado en evidencia, pero el “cantaba, más bien, por hobby” no responde a la realidad. Por el contrario, inició su carrera profesional con anterioridad a sus compañeros y, lejos de cantar por hobby, tenía importantes obligaciones familiares. De hecho, de San Pedro regresó a su casa de Mendoza para bautizar a su hija Agustina, nacida casi un año antes.
Nuestro biografiado era andariego, inconstante, inquieto y no necesitaba discutir con su circunstancial compañero artístico para retomar su camino. Ya en el Siglo XXI, Ángel Olivieri –amigo y heredero de Razzano- dejó escrito que “Salinas no cantaba por necesidad. Era un tipo que cantaba, más bien, por hobby. Estaba en mejor posición económica que los otros y no tenía ni la disciplina ni la ambición de ellos”. Su inconstancia ha quedado en evidencia, pero el “cantaba, más bien, por hobby” no responde a la realidad. Por el contrario, inició su carrera profesional con anterioridad a sus compañeros y, lejos de cantar por hobby, tenía importantes obligaciones familiares. De hecho, de San Pedro regresó a su casa de Mendoza para bautizar a su hija Agustina, nacida casi un año antes.
TRANSCRIPCIÓN:
“En esta parroquia Matriz de Mendoza, a diez y seis días del mes de julio del año mil novecientos trece, el Presbítero (ilegible), bautizó, puso óleo y crisma a Agustina, que nació en Mendoza el día tres de agosto de mil novecientos doce, hija de matrimonio civil de Don Saúl R. Salinas, natural de San Juan y de Doña Urbelina Yañez, natural de San Juan. Padrinos: Don Ricardo Villegas y Doña Dominga Y. de Villegas, a quienes se les advirtió el parentesco espiritual y obligaciones contraídas, Doy fé. Firma: Cura Rector José A. Verdaguer”
En 1913 y 1914 Salinas grabó para los sellos "Atlanta" y "Era" y también Di Giuli abandonó "Columbia", para acordar con "Oro-Phon" y "Relsie Record". De estos cambios se desprende la disolución del dúo hacia fines de 1913 o comienzos del 14.
Por tratarse de un trabajo en desarrollo, la información sin confirmar se destaca en rojo |
1915:
El 15 de mayo de 1915 nació Mafalda, hija de Saúl Salinas y Urbelina Yañez, pero tampoco éste fue motivo suficiente para retener al cantor en su hogar de Mendoza por mucho tiempo. Las memorias de Carlos Marambio Catán han registrado parte del itinerario recorrido durante este año: Rosario, Córdoba, Labulaye, Rufino, Cañada Verde,
Huinca Renancó y General Pico para volver a perderse en la nebulosa de la
incertidumbre.
EN ROSARIO, con Arturo
de Nava.
A mediados de 1915 (“cuando
Gardel y Razzano estaban en Montevideo”) se reencontró con Carlos Marambio
Catán en Rosario, a quien había conocido años en Buenos Aires. Allí nació el dúo “Salinas-Núñez” -apellido artístico de
Marambio-, quien recordó que: “…mi voz de
tenorino en esa época y que posteriormente evolucionó y devino en barítono se
complementaron con adecuación y perfecta armonía con la voz grave y pastosa de
salinas. Salinas no cantaba tangos, era lo que hoy, erróneamente se designa
como cantor folklórico, que yo más bien diría nativo o criollo. En sus
interpretaciones como solista cultivaba, alternando con la canción nativa, el
vals mejicano, puesto de moda en Méjico por el Emperador Maximiliano que era
vienés, entre los muchos valses mejicanos podríamos citar uno casi eterno,
“Sobre las Olas”, del maestro Juventino Rosas, “La Zandunga” popular baile de
ese país en tiempo de vals. (…)
Salinas era en esa
época una de las figuras más populares por la calidad de su voz y por la
novedad de su repertorio, ya que era casi en su totalidad cuyana. (…) Fue en
oportunidad de andar caminando con Salinas por la calle Córdoba que nos
encontramos con (Arturo) Navas, traía una caja rectangular de madera
que nos llamó la atención, le preguntó Salinas qué contenía ese raro objeto y
nos dijo: ‘Es la guitarra, no puedo usar el estuche, porque en cuanto te lo ven
no encontrás hotel que te dé pieza, así disimulo la viola y no tengo que ir a
vivir en una fonda sucia’. (…)
‘La pastora’, ‘la
sanjuanina’, ‘ay ay ay’, ‘una rosa para mi rosal’ (SIC), ‘el cañaveral’, ‘la trilla’, ‘la madrugada’, ‘mirala como se va’, ‘ay
aurora’, etc. Salinas cantando solo también cifras, estilos, zambas y yo con
mis tangos (que en teatros no se permitían pero sí en cafés). ‘Es en vano’, ‘el
carretero’, desde entonces, ‘pobre mi madre querida’, en fin, eso era lo que
constituía nuestro repertorio, abundante y variado, por lo tanto estábamos en
condiciones de andar y actuar sin preocupaciones de posibles fracasos, después
de una breve actuación en el circo Rafetto, nos dispusimos a viajar a Córdoba.
EN CÓRDOBA, pelea con
un payador
Debutábamos en Córdoba
en el Hotel Victoria (…) Con motivo de una despedida que se le hacía a un
ingeniero alemán, que había actuado en la docencia contratado por la
Universidad, los estudiantes organizaron una despedida. Para amenizar la fiesta
fuimos con Salinas comprometidos con los muchachos, era enorme la cantidad de
jóvenes, cantamos con ganas porque esa juventud aplaudía con ganas (…) En
nuestras marchas nocturnas con Salinas, y como final de la tarea diaria,
pasamos una noche por un café situado en el barrio alegre, donde actuaba un
payador, cuyo nombre no recuerdo pero sí que era famoso por lo curdela y
pendenciero según me dijo mi compañero Salinas. Entramos y ocupamos una mesa a
una distancia regular ya que la gente se amontonaba en las cercanías. En
aquella época ya era un hecho comprobado la rivalidad existente entre payadores
y cantores, llegaba al odio irracional. El payador considera inferior al
cantor, su labor era subalterna, humillante, para el cantor en cambio era un
audaz que lo que hacía era cantar, tenía ciertas claves secretas para
improvisar sus versos ripiosos y pedestres, el cambio de flores era permanente.
En esas circunstancias parece que el payador al vernos y habiendo seguramente
reconocido a Salinas que era un cantor muy popular empezó a torearlo suavemente
con algunas frases, que aunque no directamente, eran evidentemente dirigidas a
mi compañero. (…) el payador llegó a un estado de graduación alcohólica que lo
predispuso para la agresión verbal, mejor dicho, acentuó su mala intención, ya
que parece que su proclividad para armar líos era manifiesta y crónica, mirando
a Salinas como desafiándolo le dedicó estos versitos que sonaron como latigazos
en nuestros oídos:
El cantor es como el loro
Lo que escriben los poetas
Tan inteligentemente.
Salinas quedó muy afectado con
semejante agravio, pero recuperándose me dijo (…) “a ver vos, que sos poeta, me
dijo, contestale con un papelito, se lo mandamos por el mozo y rajamos”. Yo que
tenía también mis copas, 20 años y como tal temerario y resuelto al entrevero,
tomé una hoja y le envirgué la respuesta:
Como no soy payador
Soy cantor
Voy a copar la parada
Prefiero cantar lo ajeno
Y bueno
Y no improvisar pavadas.
El cantor no es como usted
Que no vale una chirola
No dice más que sandeces
Y apenas rasca la viola.
Le dimos el papelito al mozo y
salimos disparando. (…) Se acabó Córdoba”
EN RUFINO, con Gabino
“Después de una breve
recalada en Labulaye, llegamos una noche silenciosa y triste a Rufino”,
provincia de Santa Fe. El cine en el que debían debutar al día siguiente estaba
colmado de público, con motivo de la actuación de Gabino Ezeiza. “Yo era la primera vez que lo veía, no así
Salinas, mi compañero, que mantenía con él una vieja relación”, recordó
Marambio.
"Anexo al cine
había un boliche que llamaban confitería y allí fui presentado al gran payador
por mi compañero Salinas. La presentación la hizo Salinas, después de cambiar
un abrazo con Gabino; nos sentamos a compartir una mesa y empezamos una plática
que tuvo dos fases, una agradable y otra desagradable. En un momento de la
conversación Salinas hizo la aclaración de que yo actuaba con el seudónimo de
Nuñez pero que mi apellido verdadero era Marambio Catán, y yo lo disimulaba por
temor a que mi padre se sintiera molesto por mi actividad. Me preguntó Gabino
por qué no usaba mi verdadero nombre, ya, que era enemigo del seudónimo: ‘Me da
la impresión de un hombre que anda en la vida con una careta’. Además me dijo:
‘Yo he conocido a su padre en Bahía Blanca, me considero su amigo y no creo que
se sienta molesto porque usted se dedique a cantar nuestras canciones, es una
actividad tan digna como cualquier otra , cuando se observa una conducta seria
y honesta todo es honorable, usted debe usar su verdadero apellido’. Desde ese
día dejé de ser Núñez y el dúo, a partir de entonces, fue Salinas-Catán.
La faz desagradable de
la charla fue la impugnación que hizo de mi actividad tanguera; ya venía
chocando yo con Salinas continuamente porque no le agradaba mi pertinaz
insistencia en cantar tangos, era manifiestamente enemigo de esa expresión
musical y Gabino, en esa oportunidad lo ratificó enérgicamente anatematizando
en forma casi violenta contra nuestro tango: "Es una caricatura de la
música y la literatura, de origen bastardo y sucio, usted debe cantar lo
nuestro, no ese invento de los advenedizos que nos quieren imponer sus
demoníacas costumbres y vicios; no hago eso joven, no ensucie su actuación con
semejante profanación del arte y del buen gusto". Me quedé amargado, ya
había aguantado los continuos reproches de Salinas y desde ese día me propuse
terminar con todo y largarme solo a cantar lo que me agradara sin tutores
desagradables ni censores que me mortificaran.”
EN GENERAL PICO, el
adiós
El dúo Salinas-Catán actuó luego en Cañada verde, Huinca
Renancó y General Pico (La Pampa), donde los artistas se desvincularon. “Había un poco de inquina de parte de Salinas
hacia mi persona pues yo poseía una base de cultura general superior a la suya
y siempre gozaba de más consideración en nuestro trato con la gente. ‘A ver
vos, que sos medio dotor’, me decía, en sentido peyorativo, hablando de cosas,
a veces un poco confusas para su medianía”.
Queda claro que antes de conocer a Marambio Catán (1912),
Salinas había frecuentado el ambiente de los payadores, donde trabó amistad con los mencionados Arturo de
Nava y Gabino Ezeiza y seguramente muchos otros. Si bien no cultivaba este género, su primer compañero de
dúo, Pedro Garay, pudo ser un importante nexo. Aunque “…la rivalidad existente entre payadores y
cantores llegaba al odio irracional. El payador considera inferior al cantor,
su labor era subalterna, humillante, para el cantor en cambio era un audaz que
(…) tenía ciertas claves secretas para improvisar sus versos ripiosos y
pedestres”, "El Víbora" cultivó amistades, como hemos visto.
1916:
Catán permaneció en General Pico y Salinas continuó rumbo a
Mendoza, donde lo esperaba Urbelina Yañez y sus tres hijos, la más pequeña sin bautizar. Pese a las
prolongadas ausencias, conformaban una pareja estable, unida en “matrimonio
civil”, que el 19 de junio de 1916 recibió el sacramento religioso en San
Juan, tierra natal de los contrayentes.
Acta matrimonial de Saúl Salinas, única referencia a su padre, "Manuel Patricio" |
TRANSCRIPCIÓN
“Inscripción marginal:
Saúl Salinas con Yañez Leonor.
Sello: Obispado de San
Juan de Cuyo. Provisor y Vicario General.
Folio 125.
Parroquia de San
Nicolás
Año 1916
En diecinueve del mes
de junio del año mil novecientos dieciséis autoricé por palabras de presente el
matrimonio de Dn. Saúl Rosario Salinas de trentitrés años, natural de San Juan,
de estado soltero, hijo natural de Dn. Manuel Patricio y de Da. Manuela
Salinas, domiciliado en esta Parroquia
Con Da. Leonor Urbelina
Yañez, de treinta y tres años, natural de Jáchal – San Juan, de estado soltera,
hija legítima de Dn. Moisés Yañez y de Da. Juana E. Bazán, domiciliada en esta
parroquia, siendo los testigos del acto Dn. Eusebio M. Yañez y Da. Juana E.
Bazán.
Expediente matrimonial
N° 245
Firma el cura de la
parroquia José A. Verdaguer”
Si bien algún usuario de Internet afirma que la esposa de
Saúl Salinas se llamaba Trinidad Ocampo, el acta precedente lo desmiente.
Cierto es que pudo tratarse de alguna relación paralela favorecida por las
largas temporadas lejos de su hogar, pero en tal caso su comprobación
resultaría casi imposible y no es intención de este trabajo difundir versiones
sin apoyatura documental.
También hubo cambios en su vida artística: Formó un dúo con Juan Sarcione que grabó para el sello "Odeón" y en diciembre de 1916 "Caras y Caretas" promocionaba los temas de su repertorio: “La Canariera”, “Mi amor”, “La Pastora” y “Mirala cómo se
va” a $2,50 el disco, sin distinción del artista.
Nótese “Sarcioni” con “i” final |
Juan Sarcione (1888-1961). Cantor de gran popularidad por los años del
centenario, hacia 1912 conoció a Salinas, quien lo presentó a la
empresa “Odeon” donde comenzó a grabar
al año siguiente.
Según sus propios recuerdos, ante la superioridad artística de sus amigos Gardel-Razzano, una vez desvinculado de Salinas se dedicó a la actuación y a escribir poesías y guiones de scketchs teatrales y cinematográficos.
Resumen de la actividad discográfica de 1915-16:
Según sus propios recuerdos, ante la superioridad artística de sus amigos Gardel-Razzano, una vez desvinculado de Salinas se dedicó a la actuación y a escribir poesías y guiones de scketchs teatrales y cinematográficos.
Resumen de la actividad discográfica de 1915-16:
1917:
TRANSCRIPCIÓN:
"Nota marginal: Mafalda Argentina
Salinas.
En esta Parroquia
Matriz de Mendoza (República Argentina), a quince días del mes de mayo del año
mil novecientos diecisiete el Pbro. Don Severino Pérez, Teniente Cura, bautizó
solemnemente a Mafalda Argentina, que
nació en Mendoza el día 7 de marzo (o mayo?)
del año mil novecientos quince, hija legítima de Don Saúl R. Salinas,
natural de San Juan y de Doña Urbelina Yañez, natural de San Juan, domiciliados
en esta parroquia. Abuelos paternos: Manuel P. y Manuela Salinas.
Abuelos maternos: Moisés y Juana
Bazán.
Padrinos: Don Isidro Aranguer y
Doña Flora Quiroga de Aranguer.
Firma: J. N. Peralta, Cura Vicario”
El acta bautismal de Mafalda Argentina Salinas menciona a su
abuelo paterno como “Manuel P.”, respaldando la presunción de que “Patricio” sería su nombre y no su apellido, ya que en este último caso no se habría abreviado.
A Manuela Salinas se la menciona como abuela paterna sin especificar si vivía o había fallecido.
A Manuela Salinas se la menciona como abuela paterna sin especificar si vivía o había fallecido.
La publicidad menciona la participación de Roberto Firpo pero no al compañero de dúo de Salinas, destacando su superioridad artística por sobre quien intentara ponerse a su par. Por entonces cantaba con Emilio Sola (1897-1952) quien había debutado poco antes con Juan
Raggi y, después de Salinas, se unió a importantes figuras del folklore además de trabajar con Pepe y
Jerónimo Podestá, Pascual Carcavallo, Alberto Vaccarezza, Claudio Martínez
Payva y otras primerísimas compañías en distintos teatros y giras al interior.
¿REENCUENTRO CON GARDEL-RAZZANO?
Del 16 al 21 de noviembre de 1917, el dúo Gardel-Razzano se
presentó en el Cine Centenario de la ciudad capital de Mendoza y, del 24 al 26
de noviembre, en el “Biógrafo San Juan” de la ciudad homónima. Por tratarse de
ámbitos en los que Salinas tenía vínculos afectivos y profesionales, podemos
inferir un reencuentro. Ambos eran artistas de Odeon y pudieron coincidir en
numerosas reuniones de trabajo o de índole social.
Fuentes no documentadas señalan que Gardel y Razzano visitaron
el domicilio de Salinas en calle Gral. Paz entre Alem y Catamarca, donde comieron
empanadas cocidas en horno de barro. Este episodio no ha podido corroborarse ni se ha determinado si esa dirección correspondía al cantor Saúl Salinas o al comisario homónimo. El fárrago de inexactitudes que circula exige prudencia, ya que después de actuar en el extranjero, protagonizar la película “Flor de Durazno” y haber llevado
al disco el tango “Mi Noche Triste”, la presencia de Gardel no habría pasado
inadvertida para el periodismo local.
1919:
Entre los puntos nunca dilucidados se destacan los discos que Salinas grabó a dúo con un cantor no identificado que, según algunas opiniones, podría tratarse de Carlos Gardel con el acompañamiento de Roberto Firpo.
La Rosa ("La Rosa Encarnada")
|
Si me olvidas canto así
|
Entre 1919 y 1921 el mismo dúo grabó también los siguientes temas:
Matriz | Título | Disco |
169 | La Rosa | 412 |
171 | El segundo cañaveral | 413 |
173 | Las bolivianas | 414 |
174 | El pajarillo | 414 |
249 | Mendoza | 416 |
253 | Todo o nada | 419 |
254 | Santiagueña | 418 |
255 | Mi Negra | 417 |
Las opiniones están
divididas. Todos desearíamos encontrar “nuevos” discos de Gardel, pero hay
indicios objetivos que ponen en duda su participación en estas placas:
1) Es cuanto menos curioso que Salinas
(2da voz) convocara a un cantor de su mismo registro.
2) Para
1919 la trayectoria artística de Gardel era superior. Había actuado en el
extranjero (Uruguay, Brasil y Chile) y en cine y, como hemos visto, sus discos eran más
caros. Su nombre en la etiqueta habría significado una interesante
promoción tanto en lo artístico como en lo económico.
3) Ambos
cantores estaban comprometidos con la empresa Nacional-Odeon, razón demás para
que Max Glucksmann promocionara ese dúo. Si bien el contrato de Gardel incluía
a Razzano -quien ya presentaba problemas en la voz que derivarían en una intervención quirúrgica-, difícilmente se hubiera opuesto, dada la amistad que los unía.
4) Si
Gardel hubiese grabado esos discos con Salinas, habría vuelto a
interpretarlos con Razzano, como solista o a dúo consigo mismo. En cambio, no
existe ningún indicio ni testimonio sobre la posible interpretación de esos
temas ni en radio ni en presentaciones teatrales ni en rueda de amigos, a excepción de “La Rosa”,
conocida como “La Rosa encarnada” y “Una rosa para mi rosa”.
5) No se conoce ningún indicio ni testimonio que avale la teoría de tal dúo. Ni Gardel, ni Razzano, ni José Ricardo, ni Francisco Martino, ni personal técnico de la grabadora ni Roberto Firpo lo mencionaron en ninguna de las insistentes y reiteradas entrevistas periodísticas.
El 15 de noviembre de
1919 se destacaba el nombre de Saúl Salinas entre “Los seis representantes del
canto y de la música criollos”, junto a Gardel, Razzano, Lola Membrives,
Roberto Firpo y Mario Pardo, promocionando los discos del “dúo Salinas” (aunque
sin mencionar al otro integrante): “La Cuyanita”, “Mirala cómo ha venido”, “Por
qué lo hiciste” y “El 3 de oros”, esta última en calidad de solista.
Sin embargo, no podemos dejar de señalar que Gardel-Razzano lo superaban en precio y en cantidad de discos (Salinas 2, Gardel-Razzano 3 y Roberto Firpo 4)
Sin embargo, no podemos dejar de señalar que Gardel-Razzano lo superaban en precio y en cantidad de discos (Salinas 2, Gardel-Razzano 3 y Roberto Firpo 4)
Por alguna razón incomprensible, no se conservan testimonios ni rastros de su vida personal ni artística en estos últimos años, salvo las novedades discográficas de "Caras y Caretas" que, a fines de mayo de
1920 anunciaba “Mendoza” (a dúo) y “La Senda
maldita”, en calidad de solista.
Un hecho curioso es que en SADAIC se registraron dos obras de Salinas en coautoría con Antonio Sixto Moreno: La cueca "Mendoza" en fecha sin determinar y el 5 de junio de 1952, “Las
Bolivianas”, grabada por Salinas en 1919 y 1920.
Esta coautoría abre las puertas a una nueva búsqueda: la relación de amistad o profesional entre ambos folkloristas.
Esta coautoría abre las puertas a una nueva búsqueda: la relación de amistad o profesional entre ambos folkloristas.
El 28 de agosto de
1920 se anunciaban los discos “Por un poquito de amor” y “Mi Estrella”, por el
“afamado dúo Saúl Salinas”. Es posible que su compañero de entonces fuera Juan
Raggi (“Reyes”, 1890-1932) con quien habría realizado una gira por el interior
con la guitarra de Rafael Iriarte.
El último anuncio de Max Glucksmann promocionando los discos de Salinas fue publicado el 14 de mayo de 1921 y se trata del disco 422, que contiene la tonada “Aquella flor que me diste” (a dúo) y, del lado B, el estilo “Tu Carta”, como solista. Muy lejos quedaba aquella serie de "Columbia" de 16 discos (32 temas) a dúo con Augusto De Giuli, pero nadie imaginaba que el final de "El Víbora" estaba tan próximo.
SU MUERTE:
El 10 de diciembre de 1921, en vísperas de su viaje a Buenos
Aires para renovar su contrato con “Odeon”,
Salinas encontró la muerte. Tenía apenas 37 años.
La versión más aceptada fue relatada por Roberto Selles: “Marambio Catán afirma que tenía ‘el vicio
del juego y continuamente chocábamos por esa debilidad suya que a veces nos
deparaba momentos desagradables’. Fueron precisamente la compadrada y el juego
los motivos que lo llevaron a la tumba. En sus últimos años regresó a su San
Juan natal, sin abandonar su coraje y su habilidad con los naipes. Cierta noche
fue allanado un garito donde se hallaba jugando. Apareció un subcomisario, de
físico reducido –por lo cual lo apodaban ‘El Mosquito’-, pero de una valentía
innegable. Los ocupantes de las mesas de juego no recibieron de buen grado la
visita policial. Se armó cierto revuelo y Salinas desenvainó su facón. El
subcomisario trató de reducirlo, pero le fue imposible. La destreza del víbora
con el facón se lo impidió. No duró mucho tiempo la pelea. El Mosquito le
descerrajó un tiro, según unos, o lo atravesó con su puñal de acuerdo a otros.
Lo cierto es que Saúl Salinas quedó tendido sobre el piso en la casa de juegos”.
Otra versión lo atribuye a razones políticas y también
responsabiliza a Antonio “El Mosquito” Andino, "ex comisario retirado de su cargo que habría disparado por la espalda a
Salinas, en plena calle, a pocos metros de la sede del Partido Radical al que
adhería". Según esta fuente, Salinas habría sido el responsable de la cesantía de Andino provocando su venganza, pero las búsquedas realizadas por el Comisario General (R) Profesor José Manuel Zalazar,
autor de “La Historia de la Policía de San Juan desde 1880 a 1890”, determinaron que el Comisario Andino fue
desafectado de su cargo a comienzos de 1922; aunque no se ha logrado establecer los motivos, queda claro que fue con posterioridad a la muerte de Salinas y no se descarta que fuera una consecuencia del hecho, pero desmiente que fuera el motivo de la reyerta que costó la vida de nuestro biografiado.
Las leyendas urbanas afirman que su cuerpo desapareció, que
“el mosquito mató a la víbora” y… no podía faltar un rumor de amores
prohibidos entre Salinas y la esposa de Andino.
“Se dice” sin respaldo documental que Gardel desembarcó en la provincia cuando se enteró que habían asesinado
a su amigo, pero no hay constancias. Si bien la noticia debió llegar pronto
a Buenos Aires, el dúo
Gardel-Razzano cumplió actuaciones en Montevideo hasta el 28 de diciembre inclusive.
Más importante que su presencia física fueron los homenajes silenciosos que Gardel tributó a su maestro cuyano:
Al autor, cuando interpretó con Razzano obras de su creación;
Al criollo, cuando bautizó como "La Pastora" a la yegua "Manía";
Al artista soñador y aventurero, con la presencia de Agustín Cornejo -sanjuanino en la vida y en el filme- en "El Tango en Broadway";
Al cantor, cuando formó un dúo consigo mismo, recreando su antiguo repertorio;
Al maestro, cuando armonizó las voces de Goyita Herrero, Imperio Argentina, Trini Ramos y Rosita Moreno llevando a la Paramount las viejas enseñanzas de su maestro Saúl Salinas.
Más importante que su presencia física fueron los homenajes silenciosos que Gardel tributó a su maestro cuyano:
Al autor, cuando interpretó con Razzano obras de su creación;
Al criollo, cuando bautizó como "La Pastora" a la yegua "Manía";
Al artista soñador y aventurero, con la presencia de Agustín Cornejo -sanjuanino en la vida y en el filme- en "El Tango en Broadway";
Al cantor, cuando formó un dúo consigo mismo, recreando su antiguo repertorio;
Al maestro, cuando armonizó las voces de Goyita Herrero, Imperio Argentina, Trini Ramos y Rosita Moreno llevando a la Paramount las viejas enseñanzas de su maestro Saúl Salinas.
Una canción criolla en los estudios Paramount de Estados Unidos
a dos voces con la española Trini Ramos.
(Solo Gardel pudo hacerlo)
Ana Turón
Azul, marzo 24 de 2020
Un especial agradecimiento a Guada Aballe, Héctor Huet, Carlos Picchio, Carlos Ríos y José Manuel Zalazar por sus valiosos aportes
y a la Lic. Analía Neira, del diario digital "Voces Paralelas" de San Juan
y a la Lic. Analía Neira, del diario digital "Voces Paralelas" de San Juan
BIBLIOGRAFÍA
CONSULTADA
LIBROS:
BARCIA, José – FULLE, Enriqueta – MACAGGI, José: Primer
Diccionario Gardeliano (1era Edición. Ed. Corregidor, Bs. As., 1985)
BENEDETTI, Héctor Ángel: Gardel en 1912. Historia de sus
primeras grabaciones. Editions de la Rue du Canon d’Arcole, 2005.
DEL GRECO, Orlando. Carlos Gardel y los Autores de sus
Canciones. Akian, 1990
GARCÍA JIMÉNEZ, Francisco: Vida de Carlos Gardel, contada
por José Razzano. Bs. As., 1946
HUET, Héctor. Carlos Gardel. El detalle que faltaba. Corregidor,
Bs. As., 1995
MORENA, Miguel Ángel: Historia Artística de Carlos Gardel.
Estudio Cronológico. edición definitiva. Corregidor, 2008
MARAMBIO CATÁN, Carlos. “El Tango que yo viví. 60 Años de
Tango”. Freeland, Bs. As., 1973
MOYA, Ismael. El Arte de los Payadores. Bs. As., Editorial
Berruti, 1959
OLIVIERI, Ángel. Historias de Tango. 2da Edición. Ediciones
AqL. Bs. As., 2008
PELUSO, Hamlet - VISCONTI, Eduardo. "Carlos Gardel y la Prensa Después de su Muerte". Editorial Corregidor, Bs. As., 2014
PUGA, Boris. Carlos Gardel. Discografía (Guía de información
especializada para coleccionistas y estudiosos). Cuadernos de TANGUEANDO. 2da
edición. “El Club de la Guardia Nueva”. Montevideo, 1970
RÍOS Carlos – PENELAS, Javier. José Razzano. De la sombra al
protagonismo. Ediciones AqL., 2010
SCHIANCA, Arturo C. Historia de la música argentina. Origen
y Características. Bs. As., 1932
ZATTI, Rodolfo: Gardel en el corazón del Río de la Plata. Su
trayectoria en Uruguay. Ed. Magdala, 2007
ZATTI, Rodolfo. Gardel. Su gran pasión: el turf. Corregidor,
1990
REVISTAS:
CARAS Y CARETAS, números varios
ESTO (sin fecha). “Odiaba al tango pero era guapo y murió en
un duelo” (por Roberto Selles)
FRAY MOCHO, 28 – 3- 1913
INTERNET:
Canales de YouTube:
[1] Marambio Catán, op. Cit.
[2]
Ismael Moya (Dolores, 1900 – 1981). Doctor en Filosofía y Letras, docente en el
Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de Filosofía y Letras de la
UBA, Secretario de la Inspección Nacional de Escuelas, Inspector técnico Seccional
de Escuelas de la Capital, Director fundador de
Bibliotecas Escolares y Públicas, de Museos y de la Escuela de Bellas
Artes en Dolores.
Miembro de la Comisión de
Folklore y Nativismo del Consejo Nacional de Educación y Director de la
Biblioteca de Folklore, fundó la "Comisión de Estímulo del Arte del
Payador" y la Junta Tradicionalista Dolorense.
Inspector del Consejo
Nacional de Educación fundó diez Estaciones Sanitarias Escolares e impulsó la
creación del Hospital Regional de Niños del Norte Santafesino.
Fue director y organizador
del Museo y Biblioteca "Casa de Ricardo Rojas" de Buenos Aires (1958
-1968) y Miembro de Número de la Junta de Estudios Históricos de San Telmo.
[3] En
1905 habrían grabado en Filadelfia y Londres. En 1907 viajaron a París y de
allí a Estados Unidos, adonde llegaron el 22 de junio de 1907. Los otros
arribos a la ciudad del Norte se registraron el 10 de mayo de 1909 y el 18 de
enero de 1911 provenientes de Francia, ciudad de residencia familiar en la que
nació su hijo.
[5]
Ver DEL GRECO, Orlando