ardel se vinculó
a maquillajes, luces y escenarios durante su infancia, cuando repartía por los
camarines los vestuarios planchados por su madre, Doña Berta.
Curioso y vivaz,
vio la transformación de actores en personajes, conoció un mundo donde todas
las situaciones son posibles y todos los sueños, realizables; fue amigo de hacedores
anónimos de cada función e integrante de la claque
de Luis Ghiglione (Patasanta), donde
aplaudía a cambio de entradas gratis:
Conocí a Carlitos desde muy pequeño (…) Solía venir
a verme al Teatro Victoria (…) Era loco por la música española. Le gustaban las
zarzuelas y cuando daban ‘Marina’, ‘El rey que rabió’ o ‘La Tempestad’, lo
tenía desde temprano en la puerta del paraíso…[1]
Gardel
recordó siempre aquella época: Hice de
todo: Desde utilero hasta comparsa, desde maquinista hasta qué sé yo qué… Hacía
de ‘multitud’ en el teatro de la Ópera, donde actuaban los cantantes más
famosos del mundo…[2];
a los maquinistas y utileros, mis compañeros
de entonces, después de las funciones los entretenía cantando ‘como Caruso’ o
cachándolos a lo Titta Ruffo[3],
…imitaba a todos, desde el tenor al bajo,
desde la soprano a la contralto…[4]
Esas travesuras testimonian su aguda observación, su oído musical, su afinación
perfecta y su interés por las directivas técnicas que, jugando a ser artista,
tomaba para sí.
Una de sus actuaciones
como extra (o zanagoria) fue en Gigantes y Cabezudos[5],
donde daba llamativos saltos para que sus amigos del gallinero lo aplaudieran solo a él.
Con esos
antecedentes y luego de participar en varias compañías teatrales como fin de fiesta, cuando llegaron a sus
manos los versos de Mi Noche Triste[6]
comprendió que no debía cantarlos sino interpretarlos, actuarlos. Hizo suya la historia, se metió en la piel de ese hombre
que representa a todos y creó la breve ópera del arrabal porteño.
En sus discos
hay recursos teatrales: diálogos con los guitarristas[7],
coros[8],
tangos para ser cantados por mujeres[9]
y en Anoche a las dos[10] encarna a tres personajes.
En sus
presentaciones solía pedir algún juego de luces y cuidaba al extremo la
estética, tal como documentan cartas de su apoderado Armando Defino:
He tenido necesidad de hacer los cuatro trajes de
gaucho, nuevos. En tu casa había dos, pero ha sido imposible encontrar género
igual, ni siquiera parecido, de manera que no he tenido otro remedio que hacer
los 4 para que resulten iguales. Son de género gris clarito, con bordados
celestes y guarda negra (…) He tenido que comprar también tres pares de botas,
dos de espuelas y dos cinturones, para completar los juegos (…) No podemos
encontrar, a mi gusto, espuelas y cinturones, sobre todo que hagan juego con los
otros pares que están en tu casa. Hemos recorrido infinidad de casas y seguiré
mañana…[11]
Desde Nueva
York, Gardel le pedía que también acondicionara los telones, aplicara dos guitarras bordadas, si es que la cortina
de boca lo permite[12]
y se los enviara para usar en la gira, para evitar que me presenten con un fondo sucio de
decorados de papel[13]. Defino contestó con detalles: La más fina de las tres es la de lakmé (SIC) (…) no pudiendo plancharse Oubiña[14]
optó por pasarle unas pinceladas con una brocha húmeda y estirarlas para que
tomaran forma (…) La otra es una azul, de raso, a bastones también de un azul
algo más sobresaliente, por su brillo (…) A ésta le pintó Oubiña una gran
guitarra, adornada con unos círculos de aluminio (la guitarra, en amarillo, a
semejanza de una natural), en la parte más arriba del centro y en el borde le
pintó unos cuadros de un azul claro combinados con otros de aluminio. Me dijo
la conveniencia de agregarle al diapasón de la guitarra unas cintas blancas y
azules, formando la bandera argentina y que no las había pintado porque
desentonarían, en cambio aplicadas tendrían más vista y flamearían (…) La otra,
la tercera, es una cortina floreada, en fondo oro, un tanto antigua (…) a la
que se le pintó una guarda dorada, combinando con el color natural (…) A mí me
seduce más la azul, porque combinaría bien con los trajes de gauchos, pues tú
seguramente usarías el negro, la cortina azul y el contraste de los trajes de
los muchachos de un gris claro, combinando con el aluminio de la guarda,
teniendo en cuenta también el dibujo típico. Ahora para una presentación lujosa
quedaría la de lakmé (SIC), que es
muy fina y vistosa por sí sola.[15]
El desgaste de trajes
y telones prueba que desde mucho antes Gardel creaba un marco visual, una
ambientación estética para realzar su arte.
En aquellas
travesuras de niño, se había gestado el actor del tango que a casi un siglo de
su muerte sigue cantando cada día mejor.
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Gardel en "El día que me quieras", con el traje de gaucho que Defino describía en su carta |
Ana Turón
Azul, mayo 19 de 2022
(Especial para "Caras y Caretas" -junio de 2022)
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
ESPINA RAWSON, Enrique. "Cartas de Gardel". PROSA Editores - Bs. As., 2019
PELUSO, Hamlet - VISCONTI, Eduardo: "Carlos Gardel y la Prensa Mundial". Ed. Corregidor - Bs. As., 1991
ZATI, Rodolfo: "Gardel en el Abasto" - Ed. Corregidor, Bs. As. 2005
[1]
Reportaje a L. Ghiglione (Zatti, Gardel
en el Abasto)
[2] El Suplemento, 19-04- 1933
[3] Noticias Gráficas, 21-09-1933
[4] El Suplemento, 19-04- 1933
[5] Zarzuela de M. Echegaray y Eizaguirre – M.
Fernández Caballero.
[6] El primer tango-canción (Castriota-Contursi)
[7] Ej.: Che, Bartolo (Sciammarella y Cadícamo), Al mundo le falta un tornillo (Aguilar-Cadícamo)
[8] Ej. Silencio (Gardel-Pettorossi-Le Pera), Por una cabeza (Gardel-Le Pera)
[9] Ej.: Lloró como una mujer (Aguilar-Flores),
grabado el 12-09-1929
[10] Tango
de R. de los Hoyos y R. Cayol, grabado el 17-10- 1930
[14]
Conocido escenógrafo de la época